MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, se ha mostrado convencido de que el petróleo y el gas natural tienen todavía “una vida muy larga” y ha asegurado que seguirán formando parte de la matriz energética en 2100.
En su participación en el V Foro Internacional organizado por ‘Expansión’, Brufau afirmó que los hidrocarburos tendrán una longevidad que ni el impacto del vehículo eléctrico, por ejemplo, incluso con niveles de penetración importantes, conseguirá “mitigar o superar” en países donde el coche eléctrico “no va a tener sus posibilidades”.
El directivo reconoció en esta afirmación ser “parte interesada”, como presidente de “una compañía de petróleo y gas”, aunque sí que apostó por la necesidad de “trabajar en cómo descarbonizar los hidrocarburos fósiles”. “En cómo ser capaces de que un litro de gasolina no emita tanto como emitía hace cuatro años y así el planeta irá mejor”, dijo.
Asimismo, Brufau pidió a los políticos europeos que “no se equivoquen de línea de actuación”, ya que el objetivo de descarbonizar es a 2050, por lo que “una transición tiene que aplicarse de una forma lógica”.
A este respecto, manifestó que la ruta coste-beneficio es “muy importante” y no se debe focalizar únicamente en el objetivo, por lo que advirtió de que “con políticas más sabias se conseguiría más”.
EUROPA DEBE REPLANTEARSE UNA LEGISLACIÓN “PESADA, LARGA Y FARRAGOSA”.
“Hoy Europa lo que hace es exportar emisiones, no reducir emisiones”, dijo, estimando que el Viejo Continente debe “replantear la legislación”, a la que calificó de “pesada, larga y farragosa” frente a la estadounidense, ya que “confundió un poquito las metas”. “La única obsesión de Europa, en mi opinión, fue la reducción de emisiones, liderar el proceso de transición energética”, aseguró.
A pesar de ello, se mostró “optimista” de cara al próximo mandato en Europa, ya que “el realismo de hablar de brecha de competitividad o de pérdida de influencia global se va a imponer y vamos a empezar a ver qué es lo que hay que hacer”.
“Nos hemos preocupado mucho de la sostenibilidad, que es absolutamente necesario, pero no nos hemos preocupado nada, es más, hemos ido en contra de la seguridad de suministro”, añadió al respecto.
En este sentido, defendió la no prohibición, así como el uso de los recursos a través de la economía circular, que “es un gran paso adelante, por ejemplo, para poder hacer biocombustibles que son de origen renovable y que por tanto no emiten en el planeta y que van a los motores de combustión interna”, dijo.
LA ELECTRICIDAD NO ES LA ÚNICA TECNOLOGÍA NECESARIA Y ÚTIL A FUTURO.
Además, acusó a Europa de ser “muy dogmáticos” al decidir que la electricidad es “la única tecnología que será necesaria y útil en el futuro”.
“Esto es rotundamente falso. Hace cinco años la electricidad que se consumía en Europa representaba el 20% de la energía final producida en la matriz. El resto eran los combustibles fósiles, carbón, etcétera, etcétera. Hoy, cinco años después, después de toda esta normativa y después de todo este énfasis con la electricidad, continúa pesando el 20%”, señaló.
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