MADRID, 06 (SERVIMEDIA)
Investigadores del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) patentaron un nuevo método para producir serotonina a partir de una levadura del vino.
La tecnología patentada por el grupo del IATA-CSIC sustituye estos procesos industriales por la producción biotecnológica de estas moléculas de alto valor añadido, a partir de fuentes como la glucosa y el amonio, presentes en muchos subproductos de la industria agroalimentaria, como el mosto de uva concentrado, el bagazo de naranja o diferentes tipos de melazas.
Así, se podrían crear sinergias de aprovechamiento y revalorización de residuos, de forma que disminuyera el precio e impacto económico del procedimiento. “Estamos trabajando para mejorar la viabilidad desde el punto de vista económico e industrial. Este proceso es más sostenible, pero estamos avanzando para que además sea más viable desde el punto de vista económico”, explicó el investigador principal del trabajo, José Manuel Guillamón.
Concretamente, la materia prima de esta técnica sería la levadura vínica ‘Saccharomyces cerevisiae’, utilizada en diferentes procesos fermentativos como el vino, la cerveza y el pan.
Esta ya fue estudiada por el equipo de Guillamón como fuente alternativa y sostenible para producir hidroxitirosol, un polifenol presente de forma natural en el aceite de oliva.
“A partir de aquí nos pusimos a investigar si podíamos utilizar este microorganismo como cepa superproductora de otros compuestos, como la serotonina o la melatonina”, detalló el investigador.
Esta investigación “abre un camino” para desarrollar estrategias biotecnológicas similares en el futuro. Guillamón señaló que la estructura de la serotonina “representa un valioso marco molecular con especial interés en la síntesis de numerosas moléculas de gran valor en diferentes sectores”, como la melatonina, clave en la regulación del ciclo del sueño, o algunos compuestos químicos de interés por sus propiedades antivirales o sedantes.
ALIMENTACIÓN Y COSMÉTICA
Por otra parte, dado el carácter de la serotonina, que es un neurotransmisor que regula estados de ánimo o la conducta social, alimentaria o sexual, los investigadores consideraron que esta tecnología podría tener un “importante” impacto en diferentes sectores industriales.
Más allá de las aplicaciones en el sector farmacéutico o nutracéutico, también podría utilizarse como un aditivo alimentario para reforzar determinados alimentos, que ya destacan por la presencia de esta molécula en su composición, o en alimentación animal, donde se le vieron efectos “muy positivos” en la reducción del estrés y el aumento del bienestar.
Al mismo tiempo, otra oportunidad podría aparecer en el sector cosmético, debido al carácter antioxidante y fotoprotector que confiere la estructura química de la molécula.
Asimismo, son muchos los alimentos y bebidas fermentados en las que se describió la presencia natural de serotonina o melatonina. Por ello, “no se debe descartar la ingesta de alimentos como una forma válida para suplementar estas moléculas a nuestro organismo”, detallaron desde el CSIC.
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