ROMA, 6 (EUROPA PRESS)
El Dicasterio para la Cultura y la Educación del Vaticano ha organizado junto a la Embajada de Francia ante la Santa Sede un congreso internacional sobre deporte y espiritualidad con el título “Poner la vida en juego”, con los Juegos Olímpicos de París 2024 como telón de fondo, en el participarán tanto deportistas de alto nivel y académicos de universidades italianas y francesas.
El prefecto de dicho dicasterio, el cardenal José Tolentino de Mendonça, ha asegurado que el objetivo de este congreso, que tendrá lugar en Roma del 16 al 18 de mayo es observar el deporte y entender por qué es tan popular, así como evaluar sus riesgos y poner en valor su relevancia “para construir una sociedad más fraterna, tolerante y justa”.
Para ello, se debatirá sobre varias cuestiones: “¿Qué tiene que decir el deporte a la Iglesia? ¿Qué tiene que decir la Iglesia al deporte?”.
El prefecto ha recordado el lema olímpico ‘citius, altius, fortius’ (más rápido, más alto, más fuerte), introducido en los Juegos Olímpicos de París de 1924, del que este año se cumple su centenario, que fue ideado por el fraile dominico Henri Didon. También ha citado durante la presentación la homilía de Juan Pablo II con motivo del Jubileo de los Deportistas en 2000, en la que el Papa polaco aseguró que “Jesús es ‘el verdadero atleta de Dios'”.
En la cita participarán tanto voces de dentro de la Iglesia, como también externas en “un bello ejercicio de sinodalidad deportiva”. En este sentido, espera que el congreso “pueda ser también una contribución a la sociedad internacional y, en particular, a la sociedad francesa, que este año acogerá el mayor acontecimiento deportivo, los Juegos Olímpicos de París 2024”.
Por su parte, la embajadora de Francia ante la Santa Sede, Florence Mangin, ha señalado que en el contexto actual de guerras que desgarran el mundo, los Juegos Olímpicos son ante todo “un mensaje de paz y el compromiso de la Iglesia universal, como el de Francia, es esencial”.
Durante la presentación del evento también ha participado el atleta paralímpico italiano Arturo Mariani, que nació con una sola pierna y otras malformaciones. “Su decisión de aceptar mi vida tal como era, sin reservas ni remordimientos, sentó las bases de mi relación con la dependencia y la confianza en un plan superior. Este acto de fe y aceptación ha modelado mi manera de ver la vida y, por tanto, el deporte, enseñándome que todo desafío puede convertirse en una oportunidad para crecer y superar los propios límites”, ha relatado. El atleta juega al fútbol en la selección italiana de fútbol para amputados con la que ha disputado un Mundial y una Eurocopa.
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