Naciones Unidas pide protección para “quienes lo arriesgan todo para ayudar a los demás”
MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
Dos conductores del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) han muerto y otros tres miembros del equipo han resultado heridos este jueves tras ser atacados por hombres armados en Darfur del Sur, en Sudán.
“Estamos de luto por nuestros queridos compañeros. Expresamos nuestras sinceras condolencias a sus familias y esperamos una pronta recuperación de nuestros compañeros heridos”, ha señalado el jefe de la delegación del CICR en Sudán, Pierre Dorbes, en su cuenta de la red social X.
El ataque ha tenido lugar cuando el equipo regresaba de la localidad de Layba para evaluar la situación de las comunidades afectadas por la violencia armada en la región, según ha informado la organización en un comunicado.
El CICR ha pedido la protección “inmediata” de “todos” los civiles, “incluidos los trabajadores humanitarios y el personal médico” y ha defendido que éstos “nunca” deben ser atacados “directamente”.
En esta línea se ha expresado Naciones Unidas, que ha condenado el ataque y ha pedido protección para “quienes lo arriesgan todo para ayudar a los demás”. “Otro día negro para la comunidad humanitaria en Sudán. El asesinato de cooperantes es inconcebible. Los trabajadores humanitarios no son un objetivo”, ha declarado el jefe de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths, en su cuenta de la red social X.
Desde que estalló el conflicto en Sudán en abril de 2023, han muerto al menos 15.550 personas hasta el pasado 5 de abril, según recogen las estimaciones del Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados (ACLED).
Solo en Jartum han sido verificados 1.470 fallecidos, pero el 32 por ciento de todas las muertes civiles confirmadas, casi 4.800, han ocurrido en la región de Darfur, donde la guerra entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido ha reactivado una histórica tensión intercomunitaria que ha convertido la zona en un campo de exterminio y desatado un éxodo de la población.
Además, denuncia Amnistía Internacional, 10,7 millones de personas se han visto desplazadas por el conflicto, lo que convierte esta situación en la crisis de desplazamiento interno más grande del mundo, y al menos 14 millones de niños — la mitad de la población infantil del país — necesitan ayuda humanitaria.
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