Inicio andalucía El anfiteatro romano de Carmona ha sido objeto de un estudio detallado...

El anfiteatro romano de Carmona ha sido objeto de un estudio detallado que documenta las “nuevas alineaciones exteriores” del recinto

0

SEVILLA, 21 (EUROPA PRESS)

La Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Sevilla, adscrita a la Consejería de Turismo y Cultura, ha informado favorablemente respecto al estudio de detalle correspondiente al entorno urbano del anfiteatro romano de Carmona, construido en el siglo I antes de nuestra era (a.n.e.) y legado de la antigua Carmo, que sería el recinto más antiguo de su tipología documentado en la Península Ibérica y que habría contado con capacidad para entre 18.000 y 20.000 espectadores.

El documento en cuestión, según el acuerdo de la Comisión de Patrimonio recogido por Europa Press, “propone nuevas alineaciones exteriores del anfiteatro en sus fachadas con la avenida Jorge Bonsor y con la calle Anfiteatro, así como la nueva alineación del cerramiento de la necrópolis en el tramo noreste de su fachada a la avenida Jorge Bónsor, en la zona de la Tumba del Elefante, acorde a las actuaciones de mejora de espacios públicos existentes, previstas en el Plan Especial de Protección del Patrimonio Histórico de Carmona, considerándose que sus fines son compatibles con los singulares valores culturales identificados en ese ámbito”.

A su vez, “la alineación establecida en el borde oeste del anfiteatro es el resultado de recoger en el documento la actuación de dotación pública AD-11 prevista” por el citado planeamiento de protección, señala el acuerdo aprobado por unanimidad en el seno de la comisión.

Sobre este anfiteatro, abarcado por el conjunto arqueológico de Carmona que protagoniza una extensa necrópolis cuyo origen se remonta al siglo I de nuestra era; pesa una tesis doctoral elaborada por el arqueólogo Alejandro Jiménez Hernández, según el cual “las particulares características” del recinto “hacen de él un ejemplar extraordinario, fuera de lo común y por ello, difícil de encuadrar”.

LAS DIMENSIONES DEL ANFITEATRO ROMANO DE CARMONA

A tal efecto, el autor de este trabajo advierte de que a la hora de estudiar esta construcción, el hecho de que “las analogías mas próximas se establecieran generalmente con anfiteatros tardorrepublicanos y la comparación con ejemplares más conocidos de época imperial, fuera de su contexto, han ofrecido una imagen de anfiteatro poco monumental o modesto y de tamaño normal”; toda vez que “su forma es la habitual en los anfiteatros coetáneos y su tamaño es de los mayores entre los anfiteatros republicanos y equiparable a los grandes anfiteatros hispanos imperiales: Itálica, Tarragona, Mérida o Ecija, con una capacidad que excedería con mucho la demanda de una población como la Carmo preimperial”.

En paralelo, Alejandro Jiménez Hernández expone que el anfiteatro romano de Carmona, “el mas antiguo documentado en la Península Ibérica y uno de los pocos conocidos fuera de la Península Itálica durante la República”, fue construido “aprovechando una pequeña vaguada entre dos colinas junto a uno de los caminos principales de entrada a la ciudad”, conformando un recinto cuyas estructuras “alcanzaron una altura de 12 metros desde la cota de la arena, lo que daba una escasa pendiente de 17 grados al graderío, algo insuficiente para garantizar la correcta visión del espectáculo”.

También en cuanto al diseño del antiguo complejo, el autor de esta tesis detalla que el gradería contaba con “capacidad para entre 18.000 y 20.000 espectadores”, toda vez que “sólo la grada baja estaba dotada de cinco escalones para colocar sillas, mientras que las gradas media y superior mantenían la pendiente original sin peldaños, por lo que los espectadores debían ver el espectáculo de pie o sentados directamente sobre el piso”.

REFORMAS EN EL RECINTO

No obstante, precisa el autor que “durante sus aproximadamente 250 años de uso”, el recinto “fue objeto de diversas reformas que afectaron especialmente a las ‘carceres’, que fueron ampliadas y cubiertas con bóveda de cantería en lugar de su techumbre de madera, y a la arena, modificando el aspecto del podio y las instalaciones para los espectáculos”.

Alejandro Jiménez Hernández dedica además especial atención al “colapso” de este anfiteatro, es decir la caída en desuso de este recinto que a su juicio jugaba un papel importante en “uno de los momentos de mayor esplendor” de la antigua Carmo romana; fijando “el final del anfiteatro” de Carmona en el ocaso del siglo II de la era actual o los comienzos del siglo III, “mucho antes del fin de los juegos gladiatorios en el imperio y cuando éstos estaban en pleno esplendor”.


- Te recomendamos -