MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
La Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES) quiere aprovechar la celebración del Día Europeo de los Derechos de los Pacientes para reivindicar una vez más la necesidad de la creación de un Área de Capacitación Específica (ACE) para la medicina del sueño, así como la importancia de que las unidades de sueño que se han ido abriendo en muchos hospitales públicos y privados españoles sean reconocidas como “estructuras propias y específicas”, un reconocimiento con el que “hoy en día apenas cuentan una o dos unidades”.
Según el secretario de FESMES y jefe del Servicio Neurofisiología y de la Unidad de Sueño del Hospital Universitario de La Ribera (Alzira, Valencia), el doctor Javier Puertas, España cuenta con muchas y buenas unidades de sueño, pero la gran mayoría de ellas han sido puestas en marcha por el impulso individual de médicos con interés en la medicina del sueño y no tienen un estatus reconocido, sino que están integradas dentro de otros servicios.
“Aunque ahora mismo hay un número aceptable de unidades del sueño con una importante actividad asistencial e investigadora, reconocida a nivel internacional, ello se ha debido al esfuerzo de muchos profesionales a nivel individual. Si a las Unidades de Sueño no se les da un reconocimiento o una identidad diferenciada, hay un riesgo que se resienta su actividad con la movilidad o el recambio generacional de los profesionales que trabajan en ellas”, argumenta Puertas.
En este sentido, desde FESMES se informa que la federación ha estado desarrollando un proceso de evaluación en colaboración con la agencia de calidad el País Vasco (Euskalit) para elevar y homogeneizar los estándares de calidad de las unidades de sueño a nivel asistencial, docente e investigador. El programa está previsto que se ponga en funcionamiento antes de finales del presente año.
Esta iniciativa se suma al examen de certificación interdisciplinar en medicina del sueño que FESMES desarrolla desde hace una década. Para el doctor Javier Puertas, la falta de reconocimiento de las Unidades de Sueño camina en paralelo a la ausencia de una formación oficial específica en medicina del sueño, algo que ya es una realidad en muchos países europeos como Alemania, Francia, Portugal, Hungría y Rumania, en los que la medicina del sueño está reconocida como una subespecialidad medica oficial; o fuera de Europa, como Estados Unidos, Canadá, México o Arabia Saudita.
Según datos de FESMES, se estima que en España más de un 10 por ciento de la población (más de 4 millones de personas) padece algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave; y que más de un 30 por ciento de la población española (más de 12 millones de personas) se despierta cada día con la sensación de no haber tenido un sueño reparador o finaliza el día muy cansada. Además, España es el país occidental con el consumo más elevado de hipnóticos.
“Estos datos hacen que nos encontremos ante un verdadero problema de salud pública que, además, causa un gran impacto en el Sistema Sanitario ante la ausencia del reconocimiento público de esta disciplina médica y de las Unidades de Sueño. Este reconocimiento es fundamental para homogeneizar y optimizar el diagnóstico, tratamiento y manejo de estos pacientes con los mayores estándares de calidad”, argumenta el doctor Javier Puertas, que considera que, pese a estas alarmantes cifras, la sensación que prevalece es la de que “los trastornos del sueño no son algo grave y relevante”.
La evidencia científica, sin embargo y como señala el experto, alerta de todo lo contrario: el sueño escaso o de mala calidad se relaciona con la aparición de un sinfín de enfermedades, entre ellas las metabólicas, las cardiovasculares, los trastornos mentales y diferentes tipos de cáncer.
“La creación de una ACE de medicina del sueño no solo daría respuesta a los avances del conocimiento científico que requieren una formación adecuada, sino que también ayudaría a abordar un creciente problema de salud pública y contribuiría a mejorar la calidad asistencial, la salud de estos pacientes y revertir los efectos que están teniendo sobre el Sistema Nacional de Salud”, argumenta Puertas, que considera que sin el reconocimiento específico de las unidades del sueño y de los profesionales que trabajan en ellas “difícilmente se podrá aspirar a una mejora continua en este campo y garantizar el mejor tratamiento a los pacientes”.
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