LOGROÑO, 14 (EUROPA PRESS)
La Audiencia Provincial sentará este martes, 16 de abril, en el banquillo de los acusados a dos varones y una mujer acusados de venta de speed y marihuana que usaban, para la distribución de droga entre menores de edad, a un menor. Les pide penas de entre ocho y tres años.
Tal y como relata el escrito del Ministerio Fiscal, se dirige la acusación contra D.P.M, de 42 años, apodado ‘El Peque’ y con múltiples antecedentes por conducción bajo los efectos del alcohol y drogas, conducción tras la retirada del permiso y delito leve de lesiones.
También, C.D., mujer de 25 años con sentencia por delito leve de hurto; y A.M.R que, con 24 años, tiene un historial de delitos por violencia de doméstica, de género, lesiones, maltrato familiar, hurto y quebrantamiento de condena así como desobediencia.
Entre los meses de septiembre y diciembre de 2020, según el escrito de la acusación pública, D.P.M., desde su domicilio en la calle Marqués de la Ensenada de Logroño, se dedicaba a la venta de speed y marihuana.
El acusado utilizaba para dicha actividad ilícita a un menor de edad (con diecisiete años en ese momento), que distribuía el cannabis entre otros menores de edad.
Siguiendo el relato del Fiscal, C.D.A. colaboraba con él “para la entrega de sustancias que no causan grave daño a la salud a consumidores finales”.
Por su parte, A.M.R., “en repetidas ocasiones, ha comprado marihuana y cocaína o anfetamina para entregarla” al primero y “también le ha comprado marihuana.
VENTA EN UN PARQUE
Los hechos que ahora se juzgan empiezan el 22 de septiembre del 2020, a las 17:50 horas, cuando dos jóvenes llegan a un jardín cercano a Marqués de la Ensenada.
Allí, llaman por el móvil y llega “a los pocos minutos” el menor que colabora con D.P.M. Todo esto sucedía mientras se estaban desarrollando vigilancias en las inmediaciones del domicilio del acusado.
Los menores se quedaron esperando en el parque hasta que se juntó con ellos el menor colaborador de D.P.M, quien, tras mantener una breve conversación con ellos, entró, utilizando una llave, en el portal de la calle Marqués de la Ensenada, mientras los otros le esperaban.
A los seis minutos, salió para volverse a juntar con ellos. Una vez que los tres abandonaron el lugar, por un callejón peatonal junto a la Iglesia de San Pablo, los dos primeros chicos se fueron hacia la calle Villamediana y el menor colaborador volvió hacia Marqués de la Ensenada.
Los dos jóvenes, sin ser perdidos de vista, fueron interceptados con un envoltorio, uno, en la mano, con 1,73 gramos de cannabis, valorado en 8,82 euros y, el otro, entre sus pertenencias, un envoltorio de plástico blanco, con 1,6 gramos de cannabis, valorado en 8,16 euros.
El mismo día, a las 19:20 horas, llegaron hasta el jardín dos jóvenes y, tras usar el teléfono móvil uno de ellos, salió del mismo portal el menor colaborador.
Ambos mantuvieron una conversación y el menor que había llamado le entregó dinero; una transacción en la que se le llegaron a caer monedas. Después, se dirigieron los dos al portal de Marqués de la Ensenada.
Minutos después, salió del portal el joven y se juntó con su primer acompañante, que le esperaba. Ambos se marcharon por la calle Marqués de la Ensenada hacia la calle Villamediana, para torcer hacia Avenida de Colón y Avenida de la Solidaridad, donde, sin haberlos perdido de vista, se les dio el alto.
Al que había subido al portal se le ocupó, dentro de una riñonera, un envoltorio de plástico de color blanco sellado mediante fuente de calor que contenía 2,5 gramos de cannabis, valorado en 12,75 euros.
Similares circunstancias se fueron sucediendo en seis ocasiones más, la última de ellas, el 15 de octubre de 2020, a las 21:30 horas, cuando dos jóvenes salieron del portal de la calle Marqués de la Ensenada y cambiaron “bruscamente de dirección al percatarse de la presencia policial, dirigiéndose hacia la Plaza San Pablo”.
Allí fueron identificados y, a uno de ellos, se le localizó en el bolsillo derecho del pantalón un envoltorio de papel de aluminio con 1,98 gramos de cannabis, valorado en 10,09 euros; y una bolsita de plástico de color negro, cerrada con alambre de color verde, con 0,44 gramos de anfetamina, valorada en 11,46 euros.
El joven manifestó a los agentes que las sustancias las acababa de comprar en un piso cercano. Cuando se fue a realizar el cacheo del otro, éste dejó caer al suelo, de forma disimulada, una bolsita de plástico de color negro, cerrada con alambre de color verde, conteniendo en su interior 0,38 gramos de anfetamina, valorado en 9,90 euros.
Por Autos de fecha 29 de octubre se autorizó la intervención de los teléfonos de los que era usuario el acusado D.P.M y, en las conversaciones, se habla de porros, de gramos y de formas de quedar.
Frases como “Qué quieres veinte eurillos, veinte eurillos te hago un bolsón que te lo flipas, con interior que flipas”; o “No estoy contento, me diste dieciséis gramos, eh, cabrón”. “Sí, a mí es lo que me dieron la verdad, un par de porros que me fumé”.
ENTRE OCHO Y TRES AÑOS
En las conversaciones telefónicas, se escucha cómo D.P.M. recibe una llamada del teléfono del que es usuario A.M.R. en la que el primero le dice al segundo: “Lo que has traído es igual que lo del otro día ¿no?”
Para la acusación pública, “en repetidas ocasiones” A.M.R “ha comprado marihuana y cocaína o anfetamina para entregarla” a D.P.M. Por su parte, ve a la chica, C.D.A, colaboradora para las entregas.
El Ministerio Fiscal acusa a D.P.M de un delito contra la salud pública de sustancias que causan y no causan grave daño a la salud, con utilización de menor de 18 años.
A C.D., del delito de tráfico de drogas; y a A.M.R, de un delito de tráfico de drogas en su modalidad de sustancias que causan y no causan grave daño a la salud.
Pide al acusado D.P.M. ocho años de prisión y multa de novecientos euros; a la acusada C.D. tres años de prisión y multa de 250 euros; y al acusado A. M. R. cinco años de prisión y multa de 250 euros.
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