El entorno del presidente apunta a la voluntad de optimizar la eficiencia y diseñar un Ejecutivo “horizontal” y “equilibrado”
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 14 (EUROPA PRESS)
Las pistas del debate de investidura de esta semana y los nervios en las filas populares anticipaban cambios de calado en el Gobierno gallego y los pronósticos se han cumplido una vez que el titular de la Xunta, Alfonso Rueda, ha desvelado este domingo el organigrama del primer nivel de su nuevo Ejecutivo, así como los nombres de sus 12 integrantes (cinco mujeres y siete hombres”.
Este es el primer equipo que se considera de Rueda en sentido estricto, dado que heredó el de Alberto Núñez Feijóo cuando le sucedió en mayo de 2022 y se convirtió en sexto presidente de la autonomía. Apenas un año después empezó a ajustarlo a su medida, pero de nuevo propiciado por una decisión de su antecesor, ahora líder del PP estatal, quien forzó cambios al llevarse a Madrid a Francisco Conde y Rosa Quintana.
Pero Rueda ha conseguido su más alto objetivo político hasta ahora y la amplia victoria en las urnas del pasado 18 de febrero no solo ha servido para dar aire al liderazgo estatal de Feijóo, quien le bautizó como ‘barón’ del PP, sino para reforzar su liderazgo y autonomía en el partido. Distintas voces populares –con su número dos, Paula Prado, entre ellas– han defendido en los últimos días su legitimidad para articular un Gobierno a su gusto y ha hecho uso de ella.
Una nueva Consellería de Cultura, Lingua e Xuventude, cuatro nuevos fichajes y tres salidas (si se computa la de Ethel Vázquez, quien semanas atrás dejó la Xunta para convertirse en secretaria de la Mesa del Parlamento) lo evidencian. Pero la decisión que políticamente puede tener una lectura más simbólica es la de eliminar las dos vicepresidencias que hasta ahora escoltaban a la Presidencia.
Distintas fuentes del partido consultadas por Europa Press coinciden en la idea de que Rueda se ha alejado del “modelo” elegido por Feijóo a partir de su segundo mandato para “ser Feijóo”, es decir, reforzar su protagonismo presidencial. De hecho, el de Os Peares en su primer mandato tampoco tuvo vicepresidentes.
Es más, corría el año 2009 y todos los conselleiros, incluido el propio Rueda (le sustituyó entonces Alejandro Gómez en el hemiciclo), fueron obligados a dejar su acta de acuerdo con el compromiso asumido por Feijóo, quien también diseñó un Gabinete reducido para distanciarse del bipartito de PSdeG y BNG que dirigió Galicia entre 2005 y 2009 y que los populares habían identificado con el “lujo” en una campaña en la que asomaba la crisis.
Durante menos de cuatro años, el socialista Emilio Pérez Touriño había presidido un Consello de la Xunta con 14 integrantes: él, Anxo Quintana (BNG) como vicepresidente y otros 12 conselleiros. El Consello de la Xunta que mantendrá su primer encuentro este lunes lo compondrán, tras épocas populares de mayor ‘austeridad’, Rueda y 12 conselleiros.
Pero a la espera de la decisión que Rueda y el PPdeG tomen sobre los escaños de quienes siguen como conselleiros (todos fueron incluidos en las listas del 18F), lo cierto es que en el Consello no habrá vicepresidentes.
Y si en el partido (o en redes sociales) hay quien recuerda que el líder del PP provincial de A Coruña, Diego Calvo, hasta ahora vicepresidente primero, no fue de los más rápidos en explicitar su apoyo público a Rueda como sucesor de Feijóo, el entorno del presidente gallego desecha estas lecturas.
Fuentes consultadas por Europa Press aseguran que hay satisfacción de Rueda con el trabajo hecho tanto por Calvo como por Ángeles Vázquez e inciden en que ha querido diseñar un Gobierno en el que todos los conselleiros y conselleiras estén “en pie de igualdad”, un modelo “horizontal” en el que también se han ajustado competencias al gusto del nuevo presidente.
NUEVA CONSELLERÍA Y RECOLOCACIÓN DE COMPETENCIAS
Las mismas fuentes apuntan a que uno de los objetivos, además de optimizar un funcionamiento eficiente y articular las áreas en la línea de las ideas que Rueda tiene en la cabeza o de lo que desea priorizar –todos los pasos son coherentes con las líneas que avanzó en su discurso de investidura–, es buscar “un equilibrio” en las tareas que tenga cada conselleiro o conselleira.
A la espera de conocer cómo queda el segundo nivel, Rueda ha huido de macroconsellerías y ha tratado de repartir las áreas de forma “equilibrada”. Y ha dado el paso de crear una Consellería de Cultura, Lingua y Xuventude (áreas a las que Feijóo no había prestado una atención especialmente destacada en sus organigramas), que ha encomendado a una de las cuatro caras nuevas de su nuevo Gobierno: el alcalde de A Estrada, José López Campos.
Otras consellerías se mantienen sin variaciones en su definición por motivos distintos: Medio Rural o Mar, por tratarse de áreas estratégicas en Galicia (aunque la primera cambia de titular), Sanidade por ser una de las carteras históricamente más difíciles de gestionar y que ha ‘quemado’ más conselleiros –sale Julio García Comesaña, quien, entre otras cuestiones, gestionó parte de la pandemia– o Facenda.
En cuanto a las salidas, además de Comesaña y Vázquez, se cae del Ejecutivo autonómico la ourensana Elena Rivo, un fichaje reciente del propio Alfonso Rueda, tras la última remodelación.
APUESTA POR LA POLÍTICA MUNICIPAL
En Emprego le sustituirá José González, quien hasta ahora estaba al frente de Medio Rural, un área en el que entra la alcaldesa de Guntín (Lugo), María José Gómez.
La entrada de López Campos y Gómez refleja de nuevo la apuesta de Rueda por promover a cargos con trayectoria en la política municipal, que ya se vio en su día cuando entró en el Ejecutivo el conselleiro do Mar, Alfonso Villares, exalcalde de Cervo. Villares también sigue.
En cuanto a los otros dos fichajes, ha apostado por perfiles más técnicos: María Martínez Allegue, exdirectora de la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística (APLU) y recientemente diputada del PP por Pontevedra, y el especialista en oncología radioterápica Antonio Gómez Caamaño.
Y aunque nadie en el PPdeG habla ahora de cuotas o de peso territorial, más allá de que el Gobierno autonómico se queda solo con un conselleiro de procedencia ourensana, y pese a que sigue habiendo numerosos integrantes de origen coruñés, en clave de partido: los populares de Pontevedra (provincia del propio presidente) meten dos nombres más en el Consello y Lugo, que dio el mejor resultado al partido el 18F, a una.
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