MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
La Asociación de Apicultores de la Comunidad de Madrid (APISCAM) ha celebrado la decisión del Parlamento Europeo de aprobar nuevas normas sobre el etiquetado de la miel al recoger una de las principales reivindicaciones “eternas” del sector como es la obligatoriedad de indicar de manera visible el país de origen, aunque echa en falta regulación sobre la pasteurización.
En concreto, el Parlamento ha respaldado esta semana el acuerdo provisional con el Consejo sobre las normas revisadas sobre la composición, nomenclatura, etiquetado y presentación de una serie de productos habituales en el desayuno, con 603 votos a favor, 9 en contra y 10 abstenciones.
La revisión de las llamadas directivas europeas sobre desayuno, que databan de hace más de 20 años, pretende ayudar a los consumidores a optar por las opciones más saludables al adquirir productos típicos de la primera ingesta diaria como la miel, zumos o mermeladas.
Tras el respaldo del Pleno, la ley debe ser ahora aprobada por el Consejo, antes de su publicación en el Diario Oficial de la UE. Entrará en vigor veinte días después. Los Estados miembros tendrán dos años desde la entrada en vigor para aplicar la normativa.
Entre los objetivos de estos cambios se encuentra el de combatir la miel adulterada que llega de fuera de la UE, mediante la obligatoriedad de indicar de manera visible el país de origen, una de las principales reivindicaciones de los apicultores madrileños y españoles en general.
La Unión Europea es el segundo mayor productor de miel después de China con una producción, según datos de la propia Comisión Europea, de 502.614 toneladas. Dentro de ella, España es el primer país productor, pero los apicultores españoles denuncian que no pueden competir con los bajísimos precios de la miel china y sus mezclas.
En este sentido, hay indicios que apuntan a que una gran parte de la miel importada de países no pertenecientes a la UE está adulterada con azúcar y no se detecta en el mercado europeo. Para contrarrestar este fraude e informar mejor a los consumidores, con la nueva normativa se obligaría a un etiquetado claro, que recoja las mezclas de mieles, los países de procedencia y el porcentaje de cada uno, atendiendo así una de las principales reivindicaciones de la Asociación de Apicultores de la Comunidad de Madrid, que reclamaba que en los envases aparezca el país de cosecha y el porcentaje de mezcla.
De esta forma, en el mismo campo visual que el nombre del producto deberá aparecer claramente los países de procedencia de la miel, en lugar de solo si proviene de la UE o no, como ocurre actualmente con las mezclas de miel.
También se deberán indicar los porcentajes de miel procedentes al menos de los cuatro principales países de origen. Si ésta no representa más de la mitad del total de la miel, se deberán indicar los porcentajes para todos los países.
En el caso de que la miel proceda de varios países, la nueva normativa indica que deberá aparecer en orden descendente en función de la proporción de miel que contengan.
Estas medidas han sido aplaudidas desde la Asociación de Apicultores de la Comunidad de Madrid, según ha subrayado Eva Miquel, miembro de la Junta de APISCAM, que se ha felicitado de que “por fin” se incluya en el etiquetado esta “reivindicación eterna” del sector.
“Por fin hemos conseguido pasar de lo que eran mieles de la Unión Europea a mieles de la no Unión Europea, cuando solamente era un 1%” a que ahora vaya a figurar “el tanto por ciento de la mezcla de las mieles”. “Si es de China, Ucrania, Argentina, España”, ha indicado la también portavoz de la plataforma ‘Etiquetado Claro Ya Miel’, que representa a más de la mitad del sector apícola en España y engloba a más de 70 asociaciones apícolas, organizaciones medioambientales, empresas y apicultores a título individual.
En este sentido, ha recalcado que el consumidor tiene derecho a conocer el porcentaje de la mezcla. No obstante, ha subrayado que “sigue habiendo mucho trabajo por hacer” y ha lamentado que no se haya incluido nada sobre el pasteurizado de las miles.
“Ese calentamiento a más de 40 grados, para que la miel sea fluida en nuestras mesas, lo que hace es perder las propiedades de las mieles”, ha recordado para reclamaba especificar en el etiquetado en el caso de mieles recalentadas.
De este modo, considera que en el caso de que la miel haya sido sometida a tratamientos de calentamiento por encima de los 45 grados centígrados o microfiltrados que que conlleven la pérdida de polínicos debería ser obligatorio especificar en su venta que se está ante un “edulcorante o miel industrial”.
TRAZABILIDAD
Además, para limitar aún más el fraude, la nueva normativa contempla un código de identificación único o una técnica similar para poder rastrear la miel hasta llegar hasta los propios apicultores que la han producido. “Aplaudimos por supuesto el que se ponga en marcha un proceso para crear un sistema de trazabilidad porque toda investigación es necesaria y mientras más herramientas tengamos para evitar el fraude pues más contentos estaremos tanto productores como consumidores y no solamente contentos sino sanos y protegidos”, ha destacado la Miquel.
Desde esta asociación también se abogaba por crear una plataforma de expertos de la UE para recopilar datos para mejorar los controles, detectar la adulteración en la miel y proporcionar recomendaciones para un sistema de trazabilidad de la UE que permita rastrear la miel hasta el productor o importador que la recolectó.
Desde la Asociación de Apicultores de la Comunidad de Madrid creen que sería importante también incorporar controles de calidad más actuales como la Resonancia Magnética Nuclear para el análisis de la miel para detectar la utilización de siropes de arroz.
Se trata de una técnica que revela la más mínima irregularidad en el producto al posibilitar una imagen completa de la composición intrínseca del mismo, ayudando de esta manera a combatir los fraudes por adulteración del producto, y que permite detectar si una mil es monofloral o no.
Los apicultores madrileños también abogan por medidas ‘antidumping’ contra los países que están introduciendo este producto por debajo del coste de producción.
“Todas las mieles son válidas y una joya de nuestros paisajes pero el consumidor tiene derecho a saber qué paisaje está polinizando”, ha zanjado la portavoz de la Asociación de Apicultores de la Comunidad de Madrid.
Tras la votación en el Pleno, el ponente, el austriaco Alexander Bernhuber, subrayó que se trata de “un paso importante en el etiquetado del origen de los productos alimenticios” con el que se adoptan “medidas estrictas para luchar contra el fraude de la miel”.
“En el futuro, el país de origen deberá figurar en la etiqueta de las mezclas de miel. Además, habrá normas de calidad más estrictas y se constata la necesidad de un sistema de trazabilidad para la miel. Estas iniciativas garantizarán que los consumidores estén mejor informados, al tiempo que se protege tanto a los apicultores como a los consumidores de la miel adulterada”, ha subrayado.
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