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Juristas enfatizan la importancia de la libertad de prensa y la veracidad de la información en la calidad de la democracia

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MADRID, 10 (SERVIMEDIA)

La Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España (RAJyLE), integrada en el Instituto de España, celebró este martes una sesión sobre ‘El populismo y la informacion en el momento actual’ en la que varios juristas subrayaron el peso de la libertad de prensa y de la veracidad de la información en la calidad de la democracia.

A esta sesión de la RAJyLE acudió, entre otros, el presidente emérito del Tribunal Constitucional Juan José González Rivas. Los ponentes fueron el catedrático de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid José Luis Dader y el profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad Villanueva y académico correspondiente de la citada Real Academia Santiago Leyra-Cuirá.

La presentación de la sesión corrió a cargo del académico de número y presidente de la sección ‘Derecho de la Información’, Pedro Crespo de Lara, quien destacó en su intervención que la libertad de prensa es la “condición sine qua non para que podamos hablar de democracia”, pero, añadió, para obtener una democracia en el grado de madurez deseable “es necesario tener otro requisito, además de la libertad de prensa: la educación”.

Por su parte, el ex presidente de la Audiencia Provincial de Madrid Antonio García Paredes, académico y vicepresidente de la sección citada de la real Academia, fue el encargado de presentar a los ponentes. En su intervención destacó el derecho a recibir una “información veraz”, tal como establece la Constitución. Y es que, en su opinión, “si la transmisión de la verdad no fuese posible entre los humanos, tampoco sería posible la convivencia en libertad, en justicia y en paz”.

MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y POPULISMO

Jose Luis Dader, catedrático de Periodismo en la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, se refirió de forma expresa al papel de los medios de comunicación en la expansión del populismo. En este sentido, señaló que los medios “son colaboradores en esa expansión, aunque en muchas ocasiones son colaboradores inconscientes”. Ello no significa, puntualizó, que los medios de comunicación estén a favor de la expansión del populismo, sino que el problema radica en que por las propias tendencias de lo que se llama “la lógica mediática”, los medios necesitan todo aquello que capte audiencia.

“Y en una época de sobreabundancia de información y de debilidad de las empresas periodísticas, los medios tienen que captar la atención y se dice que el negocio hoy en día ya no es la información, sino que es la atención, porque lo que capta más atención es lo que resulta más estridente, extremista, radical”, destacó al respecto Dader. Por esa razón, añadió, cuando un político utiliza una gran gestualidad, agresividad y demás, es lo que justamente capta más atención a los medios. Ante esta situación, los medios deberían ser capaces de denunciar “esos excesos y aunque no pueden evitar mostrarlos, también tengan una cierta capacidad de reflexión intelectual para hacer la crítica de ello”.

De esta forma, los periodistas tienen un papel enorme que desempeñar, que sería “poner en evidencia esas incoherencias, esas faltas de respeto a la realidad, y, además, poner en evidencia de dónde viene todo ello, porque muchas veces los periodistas se quedan en que un político se está contradiciendo, pero no van más allá, y hay que ver de dónde viene todo, cuál es el clima cultural que alientas estas cosas. Sólo diagnosticando ese clima cultural se puede empezar a poner remedio”.

BANALIZACIÓN DE LA MENTIRA

Por su parte, Santiago Leyra-Curiá destacó cómo una gran parte de la población menor de 30 años “ni siquiera prestan atención a los medios convencionales, sino que se mueven a través de las redes sociales, y por eso los partidos acuden cada vez más a difundir sus mensajes a través de las mismas, lo que facilita la difusión del populismo”.

En su opinión, el tema de la mentira “es mucho más grave de lo que parece” y para combatirla no hay que restablecer la censura ni implantar un “ministerio de la verdad” o sancionar a un ciudadano que expresa una opinión o dice una “chorrada” en Twitter o TikTok, porque se acabaría con la libertad de expresión, “pero a un representante público que haya mentido en un tema grave, sí” se le puede sancionar. Y ello porque, añadió, “la banalización de la mentira sí se puede combatir, poniendo en valor la verdad. Y así, cuando un representante nos miente y hay afectados por esas mentiras, entonces sí hay una línea jurídica para exigir responsabilidades, porque si todo es impune seguiremos viviendo en la mentira total”.


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