MADRID, 06 (SERVIMEDIA)
La Asociación Española de Pediatría (AEP) aconsejó no retrasar la administración de ninguna vacuna infantil aunque el niño reciba inmunización por alergias, ya que hay que descartar la falsa creencia de interferencias entre ambos tratamientos, tal y como se puso de manifiesto en las XV Jornadas de Inmunizaciones de la AEP que se celebra estos días en Girona.
Según informó este sábado la AEP, en los últimos años se extendió la falsa creencia de que los tratamientos para la inmunización de las alergias interfieren con las vacunaciones establecidas en el calendario vacunal infantil.
A este respecto, el inmunólogo del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y ponente de una de las mesas de expertos celebrada hoy en las XV Jornadas de Inmunizaciones de la AEP, el doctor José Gómez Rial, subrayó que “es una verdadera lástima perder la ocasión de vacunar a causa de la desinformación, porque luego, muchas veces, ya no vuelven”.
Por ello, añadió, “no es extraño que los pediatras se encuentren en consulta con familias que han sido conminadas a esperar para vacunar a sus hijos de otras enfermedades”.
De hecho, el 11,4% de la población infantil sufre de alergia, principalmente rinitis alérgica. Esto supone cerca de 795.000 niños con alergia, una incidencia que va en aumento, especialmente en el medio urbano.
PREVENIR Y REDUCIR SÍNTOMAS
La inmunoterapia con alérgenos es un tratamiento personalizado que se administra a mayores de cinco años para prevenir y disminuir los síntomas de algunas enfermedades como la rinitis alérgica, la conjuntivitis, el asma alérgica o la alergia a las picaduras de insectos.
Esta terapia, que puede ser inyectada subcutáneamente, bebida o disuelta sublingualmente, según el tipo, favorece la desensibilización y ‘equilibra’ el sistema inmunitario, haciendo que el paciente desarrolle tolerancia a lo que es alérgico. Se pauta regularmente durante un período de tiempo prolongado, de tres a cinco años, recordaron los pediatras.
Por el contrario, las vacunas frente a enfermedades infecciosas inmunoprevenibles basan su mecanismo de acción en provocar una respuesta inmunitaria inoculando partes atenuadas o inactivadas de un organismo específico (antígeno) o las ‘instrucciones’ para producir antígenos, en lugar del antígeno en sí mismo, favoreciendo que si la persona se expone a un patógeno (virus, bacterias) su organismo lo ‘combata’ de forma eficaz evitando enfermar.
Por ello, el doctor Gómez Rial aclaró que “desensibilizarse contra el alérgeno y sensibilizarse a una proteína parecen acciones contrarias, pero nuestro sistema inmunológico está sobradamente preparado para realizar estas acciones simultáneamente a la perfección”.
SALVAR VIDAS
Así lo afirmaron las guías de práctica clínica internacionales, basadas en la evidencia científica más actual. Por consiguiente, “no es necesario ni conveniente aplazar por este motivo las inmunizaciones pautadas en el calendario vacunal”, añadió el experto.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, las vacunas salvan cada año entre 2 y 3 millones de vidas, por lo que, “si tenemos la posibilidad de prevenir las enfermedades que causan estos decesos, no deberíamos desaprovecharla”, insiste el especialista.
En las XV Jornadas de Inmunizaciones de la AEP también se puso el foco en los más desfavorecidos. El pediatra del Hospital General Rural de Gambo en Oromía, Etiopía, el doctor Iñaki Alegría, llamó la atención, en su ponencia ‘Nuevas vacunas para la esperanza’, sobre la importancia, no solo del desarrollo de nuevas vacunas para prevenir el dengue o el paludismo, sino también en la necesidad de lograr que las vacunas tradicionales lleguen a toda la población infantil, independientemente del lugar en el que residan.
De hecho, destacó que “uno de cada cinco niños en el mundo es considerado ‘cero dosis’, es decir, que no se le ha administrado ninguna vacuna en su vida”.
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