MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han asegurado este martes que la explosión que causó heridas a cuatro miembros de la misión de la ONU en Líbano (FINUL) tuvo su origen en un artefacto de Hezbolá, descartando por tanto que pudiese deberse a una acción del Ejército israelí.
El incidente tuvo lugar el 30 de marzo en la localidad de Ramish, en el sur de Líbano, y provocó daños a tres ‘cascos azules’ extranjeros y un traductor local. El equipo patrullaba a pie la zona de la Línea Azul, que delimita ‘de facto’ el territorio de los dos países vecinos.
Las FDI han afirmado que, “según la información disponible” hasta el momento, la patrulla de la FINUL activó “una carga que había sido colocada previamente por Hezbolá”, si bien el Gobierno libanés responsabilizó a Israel por este hecho. La ONU, en cambio, ha evitado señalar culpables.
Un portavoz de la FINUL, Andrea Tenneti, sí ha aclarado este miércoles que, tras las pesquisas preliminares, parece claro que la patrulla no fue objetivo “directo o indirecto” de un ataque, sugiriendo por tanto que no hubo ni proyectiles de artillería ni drones implicados. “Seguimos la investigación para aclarar la causa exacta” de lo ocurrido, ha explicado este portavoz en declaraciones a la agencia DPA.
La misión internacional, liderada por el español Aroldo Lázaro, ha reivindicado su labor “pese al aumento de las tensiones”, después de unos meses con constantes cruces de ataques entre los militares israelíes y los milicianos de Hezbolá. “Seguimos realizando nuestras actividades, incluidas las patrullas, y nuestro trabajo esencial con las partes para reducir la tensión”, subrayó el lunes en un mensaje en redes sociales.
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