SEVILLA, 26 (EUROPA PRESS)
Los centros de salud de Andalucía están contactando con las familias con hijos que no están vacunados de la tosferina para instarles a hacerlo y así prevenir casos graves que deriven en ingresos hospitalarios o incluso muertes, como la de un bebé de un mes que ha fallecido como consecuencia de las complicaciones derivadas de la tosferina. Su madre no se vacunó estando embarazada.
Fuentes de la Consejería de Salud y Consumo han explicado a Europa Press que los centros de salud están contactando con familias que no han vacunado a sus hijos para evitar esta infección y han insistido en que los casos, por el momento, en Andalucía son en su mayoría “leves”. La Consejería ha insistido en lanzar un mensaje de tranquilidad ya que los casos que se han detectado durante el 2023 y los primeros meses de este año son de carácter leve, no produciéndose ninguna defunción ni en menores ni en adultos. La tosferina es una infección bacteriana del tracto respiratorio causada por Bordetella pertussis.
Actualmente, el calendario de vacunación infantil en Andalucía incluye la vacunación infantil frente a la tosferina con una serie primaria de dos dosis a los dos y cuatro meses de edad y dos dosis de refuerzo a los once meses y a los 6 años. Además, desde 2015 se vacuna a las mujeres embarazadas entre la semana 28 y 36 como medida para la prevención de la tosferina en menores de tres meses de edad.
La cobertura vacunal de la tosferina en Andalucía en menores es de casi el 95% y la vacuna en las gestantes supera el 90%. En 2019, los casos detectados fueron 286; en 2020, 24; en 2021, dos; en 2022, cuatro; y en 2023, 378 casos. Las medidas higiénico-sanitarias adoptadas durante la pandemia ayudaron a reducir “de manera exponencial” los casos de tosferina. Sin embargo, una vez que decayeron dichas medidas, sobre todo la mascarilla y la distancia social, se ha producido un aumento de los casos.
En este sentido, más del 80% de los casos son menores de 15 años correctamente vacunados, situación acorde con una población con altas coberturas de vacunación y las características de la vacuna utilizada, y presentan buena evolución. Los menores de un año siguen registrando la mayor tasa de incidencia, aunque con valores más bajos que años anteriores a la pandemia.
En cuanto a la gravedad de los casos, el porcentaje de ingresados es bajo, según la Consejería de Salud, que explica que la mayoría de los ingresos por tosferina ocurren en lactantes menores de cuatro meses y no se ha notificado la defunción de ninguno de los casos de 2023 ni de 2024. Continúa siendo mayor el número de casos entre tres y once meses que el de menores de tres meses, hecho que viene ocurriendo desde el año 2016, a partir de la puesta en marcha de la vacunación de la embarazada, lo que indica que “la vacunación en la madre se sigue mostrado como una medida eficaz para proteger a los lactantes en los primeros meses de vida frente a esta enfermedad”.
En esta situación, manteniendo altas coberturas de vacunación infantil, (primovacunación y dosis de recuerdo) y altas coberturas de vacunación de las gestantes “se consigue reducir la enfermedad grave en los niños más vulnerables”, así como llevando a cabo las medidas de control recogidas en el Protocolo de vigilancia y alerta de tosferina (actualmente en revisión por la Ponencia de Vigilancia de la Renave, Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica), que incluye entre otros ámbitos la vacunación, que también aportarán a dicho protocolo.
La presentación clínica de la tosferina varía con la edad y los antecedentes de vacunación. En los lactantes menores de seis meses el cuadro típico de estridor puede no desarrollarse y los espasmos pueden seguirse de periodos de apnea. En los adolescentes y los adultos la enfermedad puede ser leve y no identificarse con tos ferina.
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