MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Las pruebas de cribado en cáncer colorrectal (CCR) “permiten diagnosticar con mayor frecuencia la enfermedad en las etapas iniciales”, cuando es asintomática y la probabilidad de curación es mayor, “e incluso en etapas precancerosas, cuando la extirpación endoscópica de la lesión premaligna evita el desarrollo del propio CCR”, según afirma el jefe de la Sección de Tumores Digestivos de MD Anderson Cancer Center Madrid, el doctor José Ignacio Martín Valadés.
Con más de 44.000 nuevos casos, los cánceres de colon y recto serán los más frecuentemente diagnosticados en España en 2024, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), y supondrán la segunda causa de muerte por cáncer en el territorio.
Ante este contexto, el experto estima que la correcta implantación de las pruebas de cribado permitiría disminuir aproximadamente un tercio de las muertes anuales por CCR.
DETECCIÓN DE DNA TUMORAL EN HECES
En el caso de los Test de Sangre Oculta en Heces (TSOH), inicialmente se realizaba una prueba química de detección de sangre con guayaco, que requería restricciones dietéticas y la toma de varias muestras.
Sin embargo, actualmente se realiza una prueba inmunohistoquímica que utiliza anticuerpos para la detección de sangre (FIT), con mayor sensibilidad y especificidad que la prueba con guayaco. Además, no necesita variar la dieta y puede realizarse con una sola muestra.
Asimismo, existen pruebas de detección de DNA tumoral en heces, que, según subraya el especialista, “mejoran los resultados de las pruebas anteriores”.
En esta línea, el doctor Martín Valadés destaca que recientemente se ha publicado en el ‘New England Journal of Medicine’ los resultados del estudio ‘BLUE-C’ que compara una prueba combinada de detección de DNA tumoral y hemoglobina fecal de nueva generación con la prueba clásica de detección de hemoglobina en heces (FIT).
Sobre una muestra de más de 20.000 individuos, la nueva prueba alcanzó una sensibilidad para la detección de CCR del 93,9 por ciento y una especificidad del 90,6 por ciento.
En cuanto a las pruebas sanguíneas, incide en que su beneficio se fundamentaría en no necesitar obtener una muestra de heces y en que podría solicitarse aprovechando cualquier otra prescripción de analítica de sangre, teniendo en cuenta que un resultado positivo (al igual que las pruebas realizadas en heces) requiere la realización de una colonoscopia posterior.
Por otro lado, el estudio ‘ECLIPSE’, publicado en el mismop artículo y basado en la detección de DNA tumoral circulante en sangre en una muestra de casi 7.900 individuos, la sensibilidad de la prueba para la detección de CCR fue del 83,1 por ciento y la especificidad para la detección de neoplasia avanzada (CCR o lesión precancerosa avanzada) del 89,6 por ciento.
“En cualquier caso y aunque es deseable que las nuevas pruebas de cribado para la detección precoz del CCR supongan un aumento de adherencia a las mismas, es necesario confirmar esta hipótesis, evaluar si el coste-beneficio de las nuevas pruebas justifican su implementación y determinar la periodicidad en que deberían realizarse”, añade el experto.
AUMENTO DE CASOS DE CCR EN PACIENTES JÓVENES
Actualmente, los programas de cribado recomendados en España van dirigidos a población de riesgo medio; es decir, con edades comprendidas entre 50-69 años y sin factores de riesgos personales o familiares para CCR (salvo la propia edad), mediante la realización del TSOH no invasiva bianual, seguido de colonoscopia en caso de que dicha prueba resultara positiva.
En este sentido, el doctor Martín Valadés destaca que, en los últimos años, se ha evidenciado un aumento de casos de CCR en pacientes jóvenes. Por ello, desde distintas sociedades médicas se está considerando adelantar la edad de inicio de cribado a los 45 años.
“Por otra parte, la edad está considerada como uno de los factores de riesgo asociados al CCR, por lo que de la misma manera debería considerarse aumentar la edad para realizar las pruebas de cribado hasta los 75 años”, agrega.
CONOCIMIENTO Y PARTICIPACIÓN EN PRUEBAS DE CRIBADO
Según una encuesta de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en 2022, dirigida a la población diana a la que van dirigidas las pruebas de cribado en CCR, algo más del 80 por ciento de las personas encuestadas conocía o había oído hablar de estas pruebas de cribado, en especial de la prueba de sangre oculta en heces, mientras que un 13 por ciento las desconocía.
A pesar de ello, según un estudio publicado en 2021, la cobertura del programa de cribado en 2020 alcanzaba a 13 de las 17 comunidades autónomas, con una tasa de participación del 46,1 por ciento. Además, se observó una gran variabilidad en la cobertura entre las distintas comunidades.
“Por supuesto, el objetivo es alcanzar una cobertura del 100 por ciento de la población diana y, aunque la tasa de participación supera el mínimo aceptable del 45 por ciento recomendado por la Guía Europea de calidad para el cribado del CCR, está todavía lejos del objetivo del 65 por ciento marcado en la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud”, precisa el doctor Martín Valadés.
“Las pruebas de cribado de CCR salvan vidas. Aunque se han desarrollado y, probablemente, se irán implementando nuevas pruebas y métodos en los próximos años, la mejor prueba es aquella que se realiza”, finaliza el jefe de la Sección de Tumores Digestivos de MD Anderson Madrid.
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