Esta actuación, que abarca 250 hectáreas de regadío, posibilitará duplicar el riego hasta 500 hectáreas y supone un ahorro energético para los regantes, en 20 años, de hasta tres millones de euros. Con un plazo de ejecución de 4 meses desde su licitación, este proyecto, que estará funcionando en la próxima campaña de riego, es el primero de estas características que se desarrolla en la región.
La consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, ha firmado esta mañana un convenio con el presidente de la Comunidad de Regantes del Río Tirón, Cauce Molinar, Santa Cruz y Verde Ancho de Belorado (Burgos), Jesús Ortega Riaño –acompañado por alcaldes y productores de la zona-, para llevar a cabo un proyecto de construcción de un sistema de regadío de máxima eficiencia energética en esta zona, que abarca inicialmente las 250 hectáreas, proyecto que posibilitará duplicar hasta 500 hectáreas el riego a los titulares de las 100 explotaciones agrarias pertenecientes a esta corporación, buscando, con ello, esa máxima eficiencia, que en 20 años supondrá un ahorro energético de hasta tres millones de euros para los regantes.
Este proyecto, que es el primero de estas características que se desarrolla en Castilla y León, tiene un presupuesto de 1.238.980 euros, de los cuales la Consejería aporta el 71% y la comunidad de regantes el 29% restante.
Los altos costes del actual sistema energético que soportan los regantes motivan la puesta en marcha de actuaciones dirigidas a la optimización y máxima eficiencia en el empleo de las energías usadas, buscando mejorar la competitividad de las explotaciones agrarias. Este es uno de los objetivos que se ha marcado la Consejería de Agricultura y Ganadería en el Mapa de Infraestructuras Agrarias 2014-2020, con el fin de dotar a las explotaciones en las zonas regables de unos sistemas modernos y eficientes desde el punto de vista energético, social y ambiental.
Utilización de energía solar
La obra que se va a desarrollar contempla la utilización de la energía solar fotovoltaica para el funcionamiento del sistema de regadío, dado que los mayores niveles de radiación del sol coinciden con la mayor demanda de agua de los cultivos y, por tanto, con la mayor demanda de energía. Esta opción permite mantener parte de las instalaciones existentes del regadío actual, reduciendo la inversión a un sistema de bombeo que funcionará con la energía generada por los paneles solares que se instalarán.
La instalación fotovoltaica generará la energía necesaria para impulsar el agua procedente de la toma del río por un sistema informatizado de bombeo nuevo y adaptado a las últimas tecnologías en telecomunicaciones, a tres balsas de regulación, desde las que se regará por energía potencial sin coste energético alguno.
El presupuesto base de licitación de este proyecto asciende a 1.238.980 euros y tendrá un plazo de ejecución de 4 meses, por lo que el sistema estará en funcionamiento en la próxima campaña de riego.
El plazo de recuperación de esta inversión para los regantes, teniendo en cuenta el gasto energético actual que están soportando, no superará los siete años. A partir de ese momento, el único coste energético que afrontarán los usuarios en el resto de los años de vida útil del sistema (mínimo 20 años), se reducirá al coste de mantenimiento y conservación de la planta fotovoltaica.
Este proyecto, además, permitirá la posibilidad de ampliar el sistema fotovoltaico para instalar nuevas placas y poder incrementar la superficie regada con esta energía en el futuro, contemplando un posible aumento de demanda de los regantes en una fase posterior, con otro proyecto complementario.
Este será la primera experiencia en la región de una modernización de regadío para una gestión energética autosuficiente mediante energía solar en una superficie de regadío extensa gestionada por una comunidad de regantes. La Consejería ya está ejecutando otras actuaciones que aprovechan la energía potencial del agua en cotas altas para diseñar regadíos sin coste energético alguno para sus regantes, como es el caso de las 2.400 hectáreas de nuevo regadío que se están ejecutando en la Zona Regable del Valdavia (Palencia).
Cumplimiento del 49,6% del compromiso de modernización
Con esta actuación, la Junta de Castilla y León ejecutará el 49,6 % del compromiso adquirido por Juan Vicente Herrera al inicio de legislatura de modernizar los regadíos en 40.000 hectáreas de la Comunidad, como se recoge en el Mapa de Infraestructuras Agrarias elaborado por la Consejería de Agricultura y Ganadería.
Este innovador Mapa nacía con tres objetivos claros: crear riqueza en el sistema agrario y agroalimentario y mejorar tanto el desarrollo socioeconómico como el medioambiental de las zonas rurales. Para desarrollar el regadío y la concentración parcelaria en la Comunidad, este instrumento cuenta con una inversión superior a los 610 millones de euros.
Beneficios de la modernización del regadío
Entre los principales beneficios que conlleva la modernización del regadío de una zona están los demográficos, ya que las incorporaciones de jóvenes en las zonas modernizadas son un 80% superiores que las que se producen en las zonas sin modernizar.
En el ámbito económico, el valor añadido bruto de una hectárea modernizada es un 30% superior a una que no lo está y, además, en las zonas modernizadas se reducen los costes para el riego por aspersión un 35 % respecto a las zonas sin modernizar.
Los beneficios medioambientales también son considerables ya que la modernización permite la optimización del uso del agua. Así, se estiman ahorros medios en el uso de recursos de un 20 % y permite también una reducción de la contaminación difusa que puede cifrarse, por ejemplo, en una disminución del abonado nitrogenado de entre un 25 y un 30 %, que además de ser un ahorro de costes importante reduce la carga contaminante que llega a las masas de agua.
Por estos motivos, la modernización de los regadíos se configura como una de las medidas imprescindibles para el desarrollo rural, no solo porque permite garantizar la viabilidad de las explotaciones para el futuro, sino porque además tiene un efecto de interacción con otras actividades, como la industria agroalimentaria, lo que permite generar empleo y actividad económica y fijar población en estos entornos.
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