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El Gobierno destaca la importancia de la seguridad en el Magreb en relación al nivel de amenaza terrorista en España

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La Estrategia Nacional contra el Terrorismo alerta del riesgo de los combatientes retornados y los actores solitarios

MADRID, 19 (EUROPA PRESS)

La situación de seguridad en el Magreb es uno de los factores clave en el nivel de amenaza terrorista en España, según alerta la nueva Estrategia Nacional contra el Terrorismo aprobada por el Consejo de Seguridad Nacional, en la que se incide en los crecientes vínculos entre yihadistas y crimen organizado y del riesgo que representan tanto los llamados combatientes terroristas extranjeros (CTE) como los actores solitarios.

“La situación de seguridad en el Magreb continúa siendo uno de los factores que más incide en el nivel de amenaza terrorista en España y sobre nuestros intereses en dicha región”, subraya el documento, consultado por Europa Press, en el que no se menciona sin embargo en ningún momento ni a Marruecos ni a Argelia, dos países clave en esta región.

Por ello, subraya la estrategia, “la lucha contra el terrorismo en el Magreb constituye una prioridad para España” y también “uno de los grandes desafíos en esta materia”.

En este sentido, pone de relieve que “los vínculos existentes entre el crimen organizado y el terrorismo están provocando que el fenómeno yihadista se esté desarrollando y expandiendo, proporcionando a las filiales africanas de DAESH (Estado Islámico) y Al Qaeda diversos recursos logísticos, así como armamento o formación”.

VÍNCULOS DE YIHADISTAS MAGREBÍES CON ESPAÑA

Además, llama la atención sobre el hecho de que se han constatado “estrechos vínculos entre yihadistas magrebíes con residentes en nuestro país, así como el elevado porcentaje de CTE y terroristas detenidos en España con esta procedencia”.

En un reciente informe publicado por el Real Instituto Elcano se constataba precisamente que seis de cada diez yihadistas condenados o muertos en España en la última década son nacidos en Marruecos (55,9%) y cinco de cada diez tienen nacionalidad marroquí (48%), una diferencia que estriba en el hecho de que algunos se han naturalizado.

Por otra parte, la estrategia también admite que “las conexiones puntuales detectadas entre yihadistas y redes de tráfico de personas, sobre todo en el Mediterráneo central, incrementan el riesgo de entrada en territorio europeo de retornados y de otros terroristas, así como de individuos altamente radicalizados”.

AL QAEDA Y ESTADO ISLÁMICO, PRINCIPALES AMENAZAS

Según reconoce el documento, “la principal amenaza terrorista” para España “continúa proviniendo de las organizaciones terroristas de carácter yihadista, fundamentalmente DAESH y Al Qaeda”. La estrategia actual de estas organizaciones para Occidente se centra en “los llamamientos a la activación de sus seguidores para la realización de acciones de terrorismo individual”.

Además, la Estrategia sostiene que se considera que sigue estando vigente la intención tanto de Al Qaeda como de Estado Islámico de “perpetrar acciones de cierta envergadura en Europa, para lo cual podrían apoyarse tanto en Combatientes Terroristas Extranjeros retornados de zonas de conflicto, como en miembros procedentes de sus distintas filiales regionales y células locales”.

Por lo que se refiere a los llamados CTE, es decir, aquellos españoles o residentes en España que a partir de 2011 viajaron a Siria e Irak para combatir en las filas de organizaciones yihadistas, admite que “este fenómeno supone una amenaza para la seguridad nacional y representa una preocupación importante para las autoridades españolas”.

COMBATIENTES RETORNADOS Y ACTORES SOLITARIOS

Preocupa en particular el caso de los combatientes retornados, “dado que su presencia y actividad en zonas de conflicto les ha proporcionado suficiente conocimiento operativo, experiencia en el manejo de armamento, contactos, conocimiento de rutas y agentes facilitadores, además de una posible posición de liderazgo, convirtiéndolos en ejes vertebradores de la concienciación radical y con posibilidades reales en la posterior ejecución de actos de terrorismo”.

España ya está actuando para contrarrestar este fenómeno con medidas como la elaboración de un listado único común de CTE, del que se encarga el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), “actualizando las medidas de control policial y judicial necesarias, así como compartiendo oportunamente los datos conforme a los canales habituales de intercambio de información”.

Por otra parte, la estrategia admite que “la amenaza de los actores solitarios se ha incrementado en los últimos años” y atribuye este hecho entre otras cosas a “la accesibilidad a la propaganda extremista en línea”. El uso de Internet y de las redes sociales permite que los individuos puedan “radicalizarse sin la necesidad de pertenecer a un grupo terrorista establecido”, incide.

A este aumento también contribuye “la dificultad para su detección”, dado que actúan en solitario o en pequeños grupos y carecen de vínculos con organizaciones terroristas formales, y “el empleo de cualquier instrumento como arma para llevar a cabo sus atentados”.

Para hacer frente a esta amenaza, explica la estrategia, “es necesario que se adopten medidas preventivas y de seguridad, como la identificación temprana de los procesos y agentes de radicalización o la retirada de contenido terrorista de internet para impedir el acceso a los mismos”.

Asimismo, el documento elaborado por el Consejo de Seguridad Nacional también considera “importante que se promueva la educación y la conciencia en la sociedad sobre la amenaza de los actores solitarios, y se fomente la tolerancia y la inclusión para prevenir la radicalización”.

SALUD MENTAL Y PRISIONES

Igualmente, considera prioritarias “las iniciativas e investigaciones para identificar los posibles vínculos entre la salud mental y la radicalización” en el marco de las estrategias de lucha contra el terrorismo y la prevención de la radicalización violenta tanto en la UE como a nivel internacional.

Aunque “no se puede vincular directamente el trastorno mental con la radicalización violenta”, “la presencia de determinadas enfermedades mentales supone un factor de vulnerabilidad”, resalta, identificando también como “otro factor de riesgo” el aislamiento social.

En otro orden de cosas, la estrategia reconoce que “los centros penitenciarios constituyen ámbitos de atención y seguimiento prioritario, tanto en España como en el resto de la UE”, puesto que “el ámbito penitenciario puede constituir un entorno favorable para que individuos radicales intenten desarrollar, entre la población reclusa, labores de proselitismo, de radicalización y de captación”.

A nivel geográfico, el documento reconoce la relevancia que tiene el Sahel “en lo que se refiere a la amenaza terrorista y al aumento de los flujos migratorios irregulares que pueden ser aprovechados por elementos terroristas para dar cobertura a sus desplazamientos”.

Asimismo, considera que la guerra en Ucrania por la invasión rusa es “un potencial vector catalizador del terrorismo” puesto que “ha supuesto un incremento en la circulación de armas y explosivos, así como la participación en la guerra de combatientes voluntarios de otras nacionalidades”.

Estas circunstancias, llama la atención, “pueden ser aprovechadas por el terrorismo global, por organizaciones terroristas, grupos afines o individuos simpatizantes para socavar la seguridad pública, y en el que también actores estatales podrían llevar a cabo acciones terroristas”.

Por otra parte, señala que “el nuevo foco de inestabilidad mundial que supone la guerra entre Israel y Hamás (…) está teniendo consecuencias sociales, políticas, económicas y migratorias cuyo alcance es difícil de prever”. Este conflicto supone “un riesgo real y directo de afectación sobre la amenaza terrorista, el extremismo violento y el surgimiento de nuevos movimientos que promuevan una ideología radical y violenta”.


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