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Las fuentes de la ciudad comienzan a verter agua después de la alerta por sequía y justo antes de volver a la normalidad

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CÓRDOBA, 15 (EUROPA PRESS)

El alcalde de Córdoba, José María Bellido, ha informado este viernes de que las fuentes ornamentales de la ciudad están empezando a echar agua de nuevo desde esta semana y hasta mediados de abril, cuando se complete la puesta en servicio, salvo en cuatro, pendientes de obra, todo ello tras la alerta por sequía desde mediados de 2023, pero que con las lluvias caídas entre enero y marzo hacen que la ciudad esté “a punto de la normalidad”, de modo que también se recuperará el baldeo de calles paulatinamente. Ahora hay agua embalsada para tres años de consumo humano.

Junto a la fuente de la plaza de Colón, acompañado por el gerente de la Empresa Municipal de Aguas (Emacsa), Rafael Carlos Serrano, el regidor ha explicado que “en los últimos tres meses, afortunadamente, se está revirtiendo la situación de una sequía bastante importante”, que “había llevado a estar en situación de alerta por sequía”, pero “mejora con la lluvia caída en enero, febrero y lo que va de marzo”.

Al respecto, ha explicado sobre la alerta por sequía que “en el pantano que abastece la ciudad para consumo humano, que es el del Guadalmellato, durante más de dos meses consecutivos, estaba por debajo de los 45 hectómetros cúbicos”. De hecho, “justo antes de que empezara esta racha más positiva de lluvia, se llegó a estar por debajo de 40 hectómetros cúbicos”, ha subrayado.

Así, ha relatado que “con el consumo que tiene Córdoba anual aproximado, que son algo más de 20 hectómetros cúbicos, según el año y los ahorros que se produzcan, ya no había agua ni siquiera para dos años, y además teniendo en cuenta que cuando un pantano se va vaciando la calidad del agua también va empeorando”.

Si bien, ha valorado que “afortunadamente en estos meses llevamos una racha de lluvia importante que ha hecho que justo a día de hoy la ocupación del pantano es de casi 75 hectómetros cúbicos”, de manera que “ya se está en condiciones de salir de la situación de alerta para pasar a una situación de prealerta y, sobre todo, que estamos a punto, en el límite, de llegar a la situación de normalidad, que precisamente la frontera está en 75 hectómetros cúbicos”.

En este sentido, ha aseverado que “si sigue habiendo lluvias en las próximas semanas, salvando la Semana Santa, que no queremos estropearla, podemos salir incluso de la situación de prealerta”, pero ha aclarado que “esta situación de falta de agua y cambio climático ha venido para quedarse”, puntualizando que aunque “el inicio de año es muy bueno en lluvia y agua –ya ha caído más agua en la ciudad que lo que se pudo recoger desde enero hasta agosto de 2023–, estamos muy parecidos a como estábamos hace dos años”, en puertas de “una situación muy preocupante de alerta por sequía”.

“NO ESTAMOS MEJOR QUE EN 2022”

Al hilo, Bellido ha comentado que la ciudad está “en una situación de prealerta con ánimo de llegar a una situación de normalidad, pero no estamos mejor que como estábamos en el año 2022, sino en una situación muy parecida y al final de 2023 ya estábamos en alerta”, de forma que “no se puede decir que todo está superado, sino que hay que seguir con concienciación”.

Ante esta situación, el alcalde ha abogado por “seguir trabajando” después de que “se ha producido un ahorro importante de agua durante el año 2023 en el consumo de la ciudad, un 3,4% de bajada de consumo”, algo que es “una buena noticia, porque quiere decir que la concienciación en la ciudadanía sobre la situación de sequía ha tenido efecto”.

En concreto, ha señalado que en el Ayuntamiento se han tomado “muchas medidas, entre otras, apagar las fuentes durante todo el tiempo de alerta por sequía”, así como “eliminar durante bastante tiempo el baldeo”, de manera que “el consumo municipal se ha reducido un 30% en el año 2023”.

De este modo, el primer edil ha indicado que “la situación actual permite ya volver a recuperar el agua en las fuentes de Córdoba, que es una medida que además de lo simbólico siempre supone un ahorro de agua, que no es el más importante, pero contribuye al ahorro del 30%”, de ahí que “se recuperen las fuentes ornamentales”.

En detalle, estaban fuera de servicio 92 fuentes y se ponen en servicio ocho desde esta semana, a la vez que “se planifica para que antes del viernes 22 de marzo, haya un total de 76 fuentes ornamentales que ya estarán funcionando como antes de la situación de alerta por sequía, y antes de la primera quincena de abril se van a recuperar otras cuatro fuentes de las barriadas”, mientras que “quedarían otras cuatro fuentes, que aprovechando que se han vaciado, se ha hecho un estudio y se ha detectado que tenían algún problema”, de forma que se repararán para que “en los próximos meses” estén en funcionamiento.

“LA FALTA DE AGUA HA VENIDO PARA QUEDARSE”

En cualquier caso, el regidor ha hecho un llamamiento a la ciudadanía sobre que “la situación de sequía y falta de agua es algo que en el largo plazo ha venido para quedarse”, al tiempo que ha apuntado que “ahora mismo hay agua garantizada para los próximos tres años”, remarcando que “si el agua sigue bajando, es de peor calidad”, y ha insistido en que “no se puede olvidar que no estamos mejor que hace dos años y que venimos de una situación muy mala”, con lo cual “hay que seguir trabajando igual”.

También, el primer edil ha defendido la labor en inversión que hace que “la ciudad sea de las que tiene un mayor porcentaje de eficiencia en toda la red de abastecimiento, porque no hay apenas fugas, rozando la excelencia, siendo de las empresas más eficientes de España”.

Asimismo, ha adelantado que se recuperará “parcialmente” el baldeo, de manera que “se aumentará, porque una vez que ya se está en situación de prealerta se puede recuperar”, destacando que “mejora mucho la limpieza de la ciudad”.

Mientras, el gerente de Emacsa ha afirmado que “la mayoría de las fuentes tienen sistema de realimentación, de manera que el agua está directamente recirculando y no se gasta”, aunque “hay otras fuentes, sobre todo las del casco histórico, que son más antiguas y no disponen de ese sistema”, de ahí que “en ese tipo de fuentes se optó por reducir el número de horas de funcionamiento, incluso la presión, para que no gastaran tanta agua”. “Una de las previsiones es acometer poco a poco ese tipo de infraestructuras nuevas para que recircule el agua”, ha dicho.


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