SANTANDER, 11 (EUROPA PRESS)
Un grupo de seis alumnos de cuarto de la ESO del IES Nueve Valles, en Reocín, participa en un desafío de la Agencia Espacial Europea (ESA), en el que tienen que construir y programar un pequeño satélite artificial con todas las funcionalidades de uno de verdad.
En concreto, el equipo ‘Los abuelos galácticos’ participa en el Desafío CANSAT de la ESA, que comprende la realización de un proyecto de ingeniería aeronáutica al completo, desde la planificación y la posterior ejecución del mismo, hasta la realización de pruebas, estudio científico con los datos obtenidos y elaboración de informes.
La propuesta consiste en construir un mini satélite artificial del tamaño de una lata de refrescos. Este satélite dispondrá de sensores para la toma de datos con los que llevar a cabo tanto la misión primaria, consistente en medir la presión atmosférica y la temperatura cada segundo, como la misión secundaria, un proyecto científico libre a escoger por el alumnado.
Según ha informado el instituto, el satélite elaborado por este grupo de estudiantes realizará mediciones de humedad, temperatura, presión atmosférica y altitud, entre otros.
Además, el dispositivo está dotado de un GPS que proporcionará información sobre su posición en cada momento, mostrando los valores de la latitud y la longitud a través del monitor serial cada segundo. Esto último será de gran utilidad durante la fase de recuperación del satélite, después de su lanzamiento.
Para poder llevar a cabo la emisión y recepción de estos datos, el sistema irá provisto de un módulo de radio APC220, tanto en el satélite (el emisor) como en la estación en Tierra (receptor).
Además, con el objeto de poder aumentar la ganancia y lograr la recepción de estos datos a grandes distancias (alrededor de un kilómetro), el grupo de alumnos han construido una antena Yagi casera con varillas metálicas, un perfil de aluminio y cable coaxial.
Durante el descenso, el satélite desplegará un sistema de recuperación, consistente en un paracaídas unido a la carcasa, impresa en 3D. Los alumnos han realizado los cálculos y han construido dos tipos de paracaídas diferentes, uno semiesférico y otro octogonal, con el objeto de probarlos y comparar su efectividad.
Con los datos obtenidos el día del lanzamiento deberán realizar un estudio científico al completo, en el que queden reflejados los logros técnicos, el valor científico del experimento y las competencias profesionales desarrolladas.
El estudio científico que este pequeño grupo de alumnos llevará a cabo como parte del desafío dentro de la misión secundaria versará sobre cómo puede afectar a la salud de las plantas los cambios en la altitud, contemplando la posibilidad de construir jardines y/o huertos verticales en las ciudades, además de fachadas verdes en edificios como medio para luchar contra el SMOG y el cambio climático.
A pesar de que es la primera vez que los alumnos participan en este desafío, su objetivo es lanzar el satélite el próximo mes de junio.
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