MADRID, 09 (SERVIMEDIA)
Cerca de la mitad de los 60 países que celebran elecciones nacionales este año, en concreto 31, están experimentando un declive democrático que pone en riesgo la integridad de sus procesos electorales.
Así se desprende del informe ‘La democracia gana y pierde en las urnas’, elaborado por el Instituto V-Dem, perteneciente a la Universidad de Gotemburgo (Suecia).
El empeoramiento de la calidad de las elecciones es preocupante, según el informe, dado el papel fundamental que desempeñan las elecciones a la hora de reforzar o mitigar la tendencia a la autocratización.
Los autores consideran “notable” la ola de retroceso democrático, puesto que actualmente 42 países se están autocratizando y el 71% de la población mundial vive ahora en autocracias, frente a un 48% hace una década.
De hecho, apuntan que hay una tendencia creciente de amenazas contra la libertad de expresión y los medios de comunicación, las elecciones libres y justas, y las organizaciones de la sociedad civil.
“La recesión democrática es más notoria en Europa del este y Asia central y meridional, mientras que América Latina y el Caribe van en contra de la tendencia global y, en cambio, ven aumentar los niveles de democracia”, según Staffan I. Lindberg, director del Instituto V-Dem.
Lindberg añade: “Hungría ha experimentado recientemente el declive más rápido en los niveles de democracia en todo el mundo, mientras que, en América Latina, Brasil ha dado un giro completo a su proceso de autocratización y ahora es uno de los principales democratizadores”.
INTEGRIDAD ELECTORAL
El informe revela una preocupante tendencia global de disminución de la calidad de las elecciones. El número de países que presencian una disminución en las elecciones libres y justas se ha más que duplicado en los últimos cuatro años hasta alcanzar 35 Estados.
Además, los gobiernos de 24 países invaden cada vez más la autonomía de los órganos de gestión electoral. La erosión de la calidad de las elecciones es particularmente alarmante, ya que las elecciones pueden reforzar o contrarrestar la tendencia a la autocratización, según el informe.
“La autonomía de los órganos de gestión electoral se está viendo socavada en 23 de los países que celebrarán elecciones en 2024, incluida la India, con sus 1.400 millones de ciudadanos. Este año, cuando una proporción tan grande de la población mundial está votando, es especialmente preocupante que veamos una disminución sin precedentes en la calidad de las elecciones durante 2023”, indica Lindberg.
Entre los 26 países que carecen de caídas o mejoras notables en los niveles de democracia en los últimos años, algunas elecciones próximas, como la de Estados Unidos, también son críticas.
“El mandato anterior de Donald Trump como presidente socavó la democracia estadounidense, con ataques a la libertad de prensa, la independencia judicial y la supervisión ejecutiva. Su retórica y acciones, desde etiquetar a sus oponentes como ‘alimañas’ hasta amenazar al Departamento de Justicia y a los periodistas, sientan precedentes peligrosos. Un segundo mandato de Trump podría poner en peligro aún más la democracia”, destaca Lindberg.
El hecho de que la mayoría de las elecciones durante el ‘año súper electoral’ de 2024 se celebren en espacios tan disputados hace que este año sea probablemente crucial para el futuro de la democracia en el mundo.
ESTABILIDAD
La mayoría de los países democráticos son estables y no muestran un deterioro significativo en los niveles de democracia. En 2023, 18 países se están democratizando, incluido Brasil, el quinto país más grande del mundo. Otros nueve están mostrando signos de mejoras y podrían convertirse en potenciales ‘puntos brillantes’ democráticos en un futuro próximo.
También existe un posible cambio hacia la existencia de más democracias electorales que autocracias electorales en el mundo. En 2023, aquellas superaron en número a estas por tercer año consecutivo.
“Si bien no hay muchos signos positivos para la democracia en el mundo hoy en día, éste puede ser uno de los que debemos tomar nota. Sin embargo, es motivo de preocupación que este reciente aumento de las democracias electorales sea en parte consecuencia del retroceso de las democracias liberales”, concluye Lindberg.
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