VALÈNCIA, 8 (EUROPA PRESS)
La artista belga Monique Bastiaans invita a soñar en la intimidad de la sala Dormitori del Centre del Carme Cultura Contemporánea (CCCC) con ‘Elvacioentrelaspalabras’, una muestra ‘site-specific’ en la que expone una selección de obras de aspecto “inquietante”, formas inciertas y naturaleza casi “aberrante”, donde la variedad plástica y formal resulta a la vez “coherente y turbadora”.
La exposición, que podrá visitarse hasta el 5 de mayo, se ha presentado este viernes con la presencia de la artista; el director artístico en funciones del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (CMCV), Vicente Samper; y el gerente del CMCV, Nicolás Bugeda.
En ‘Elvacioentrelaspalabras’ Monique Bastiaans plantea una reflexión sobre las posibilidades del arte para despertar nuestra consciencia sobre toda esa realidad que se atisba “inabarcable” y que “se nos escapa en el vacío que se produce entre las palabras”.
La artista afincada en Chiva desde 1988 ha puesto en relieve su preocupación por las relaciones que establecen los seres humanos con el entorno, una relación que, según ha explicado, los humanos desempeñan desde la “superioridad”. “Los humanos no somos una especie por encima de las demás, somos iguales y debemos aprender a considerarnos como iguales y a tener respeto a cualquier cosa minúscula”, ha defendido.
Precisamente, en una de las obras de la muestra, la artista desde una mirada igual, enseña los sonidos que emite una larva mientras debora la palmera de la casa de la artista para reivindicar que la naturaleza no nos pertenece solo a los humanos y defender la corelación entre especies.
Asimismo, la artista señala que en sus trabajos trata de “reinventar” y “reivindicar” la naturaleza y los insectos, a los cuales reconoce admirar “muchísimo” por su poder de transformación.
“REIVINDICAR” Y “REINVENTAR” LA NATURALEZA
En este sentido, Bastiaans ha asegurado que todas sus obras están atravesadas por la necesidad de hablar de la naturaleza pero considera que ahora “homenajearla puede ser un mensaje de alarma” pues según ha asegurado, estamos en un momento “resbaladizo” en la historia para “muchas cosas, no solo para la naturaleza, sino también para el medioambiente” ya que “a veces no sabemos si lo que nos están contando es verdad, si es mentira, si es real o ficción”.
De igual modo, a Monique Bastiaaans también le preocupan las relaciones relaciones entre ciencia y naturaleza o la incidencia de la tecnología en el lenguaje, en la manera de narrar, de aprehender y transmitir el conocimiento, en la sensibilidad estética, emocional o espiritual; en la misma conciencia humana.
Entre las piezas que acoge la sala Dormitori del CCCC, la “preferida” de la artista, se encuentra un virus sobredimensionado que habla “de la escala microscopica, de la ciencia, de un mundo que se desarrolla de forma orgánica”; figuras insectiformes con alusiones botánicas que remiten a formas primarias de vida y la simbiosis del mundo animal y el vegetal y el ritmo errático de unas palmas sordas o el sonido de una larva de picudo rojo que remiten a la importancia de la música para acompasar los biorritmos con el entorno y acercarnos a una experiencia “trascendente”.
Además de una alfombra voladora que habla de tradiciones narrativas, de la imbricación entre lo fáctico y lo ficcional y de un un juego de líneas y sombras que advierte de la dificultad de discernir entre lo real y lo aparente.
Monique Bastiaans es una artista de origen belga que reside y trabaja en Chiva (Valencia) desde 1988. Su obra se caracteriza por la combinación de materiales como la madera, el caucho, el hierro o la cerámica con objetos encontrados y reciclados, así como por sus instalaciones e intervenciones en espacios públicos y en la naturaleza, y por su elección de lugares no convencionales de exposición, lugares vividos donde se instala un tipo de obra de características morfológicas que le dan al espacio un aspecto más vivo y menos objetual.
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