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Cinco detenidos por robar 400.000 comprimidos de un ansiolítico usado para la droga ‘karkubi’

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MADRID, 06 (SERVIMEDIA)

La Policía Nacional ha detenido a cinco empleados de una empresa distribuidora de medicamentos que sustrajeron 400.000 comprimidos de un ansiolítico usado para elaborar la droga ‘karkubi’.

Según informó la Policía este miércoles, los arrestados prestaban sus servicios en almacenes que la empresa tenía en Viladecans (Barcelona), Fuenlabrada (Madrid) y Dos Hermanas (Sevilla).

El fármaco sustraído -una benzodiacepina con efectos ansiolíticos sujeto a prescripción médica- se consume mezclado con hachís para potenciar el efecto hipnótico, con lo que se elabora una droga que se conoce como ‘karkubi’.

Los cinco detenidos se aprovechaban de su puesto de trabajo, así como del conocimiento de las naves y de sus puntos ciegos, para sustraer cajas completas del medicamento.

CON HACHÍS, ALCOHOL O PEGAMENTO

La investigación, que ha contado con la colaboración de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps), ha acreditado la sustracción de 7.000 cajas individuales, lo que supone un total de más de 400.000 comprimidos de medicamento.

La investigación se inició cuando el representante de la empresa distribuidora puso en conocimiento de los agentes que había detectado un descuadre en algunos de los fármacos que deberían estar en los almacenes. Además, el desfase resultaba especialmente llamativo en un medicamento, sujeto a prescripción médica, cuyo principio activo es el clonazepam y perteneciente al grupo de las benzodiacepinas.

Este fármaco, que se suele consumir mezclado con hachís, alcohol o pegamento, se utiliza para elaborar el ‘karkubi’. El nombre se debe a su bajo coste y fácil acceso, si bien tiene graves riesgos para la salud, pudiendo provocar alucinaciones y psicopatías.

MERCADO NEGRO

La obtención ilícita de este medicamento se producía habitualmente a pequeña escala -directamente en farmacias utilizando recetas falsificadas-. Sin embargo, tras redoblarse el control sobre la dispensación de este producto y la introducción de la receta electrónica, ahora los delincuentes acuden directamente a proveedores y mayoristas.

Tras varias gestiones policiales, los agentes acreditaron que eran los propios empleados de las plataformas de distribución de la empresa quienes sustraían los medicamentos para revenderlos, posteriormente, de forma ilegal a precios muy elevados.

Los investigados prestaban sus servicios en distintos almacenes que la empresa tenía en Viladecans, Fuenlabrada y Dos Hermanas. Estos se aprovechaban de su puesto de trabajo, de los horarios, y del conocimiento de las naves -así como de sus puntos ciegos- para sustraer cajas completas del medicamento, conteniendo 192 unidades cada una de ellas (5.700 comprimidos).


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