MADRID, 04 (SERVIMEDIA)
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza acogerá entre mañana y el próximo 26 de mayo ‘En busca de la vida’, la primera gran exposición individual de la artista filipino-canadiense Stephanie Comilang, una instalación audiovisual de gran formato en la que, a través de dos pantallas enfrentadas, propone una reflexión sobre la historia, la identidad y la conexión entre las distintas formas de vida en el mundo.
Según informó el Thyssen, ‘En busca de la vida’ es una obra en forma de díptico que se desarrolla en dos episodios o piezas independientes que, unidas, cuentan una sola historia. El primero de los episodios de la muestra, comisariado por Chus Martínez, es el que se presenta en el museo madrileño; mientras que el segundo, comisariado por Amal Khalaf, se presentará en la 16ª Bienal de Sharjah (Emiratos Árabes Unidos) en 2025.
Stephanie Comilang explicó que la muestra, producida por TBA21 y Sharjah Art Foundation, como su obra “más extensa y ambiciosa hasta la fecha” y subrayó que “incluye multitud de historias entrecruzadas, líneas temporales y personajes, tanto humanos como no humanos, que narra distintas experiencias migratorias y las conexiones entre ellas”.
La exposición cuenta con un amplio programa público y educativo en forma de conversaciones, proyecciones y talleres en los que participarán, entre otros expertos internacionales, la arquitecta, artista e investigadora Feifei Zhou y Mara Cosón, una de las voces más destacadas de la nueva literatura filipina.
Las dos grandes proyecciones enfrentadas de ‘En busca de la vida’ forman una única película en la que, por un lado, investiga la presencia de España en Filipinas y la creación de rutas mercantiles, como la del Galeón de Manila, que durante 250 años unió los puertos de Manila y Acapulco a través del océano Pacífico. Por otro lado, presenta el alcance del tráfico mundial de mercancías marítimas en la actualidad y el papel que desempeñan los marineros filipinos, adentrándose en su forma de vida y su trabajo, y en cómo, embarcados durante meses, generan vínculos entre ellos en los que el deporte, la música y la gastronomía se convierten en elementos de una nueva ritualidad.
CIENCIA FICCIÓN
En las películas de Stephanie Comilang, que ella denomina “documentales de ciencia ficción”, se entrecruzan crónica e invención en unos relatos en los que, mediante distintos puntos de vista, cuenta “cómo la cultura y la sociedad se relacionan con los ejes que configuran el mundo globalizado: la movilidad, el capital y el trabajo”.
En ese sentido, la artista ensaya en su obra una “relectura de la naturaleza, contextualizada en la explotación colonial, y también de los ritos, posibilitadores de un nuevo comienzo más allá de la crítica, capaces de iniciar nuevos procesos y comportamientos que afecten positivamente al plantea y a las especies”.
Chus Martínez reseñó que Stephanie Comilang “relaciona en su trabajo la migración de las mariposas monarca y el movimiento de las personas”, enfatizando en el hecho de que “mientras que ninguno de nosotros pone en cuestión que el movimiento de los animales y las especies tiene una legitimación, pues sin ese movimiento no habría supervivencia, el movimiento humano es objeto de prohibición continua”.
Por su parte, “la compleja relación de la artista con el océano” es otro “tema central de su trabajo”, utilizándolo como “escenario para narrar esas historias migratorias de los marineros filipinos y los intercambios comerciales y culturales”.
MARIPOSAS MONARCA
También la migración en el mundo animal, una práctica común y una estrategia para asegurar la supervivencia, como ocurre con las mariposas monarca, forma parte de su trabajo. Durante años, los científicos consideraron que estas mariposas morían en invierno, hasta que descubrieron que viajan más de 4.000 kilómetros desde EEUU y Canadá hasta los bosques de abetos de México; sin embargo, las mariposas que inician el viaje no son las mismas que llegan a su destino, sino que se reproducen y perecen durante la migración.
Stephanie Comilang narra y enlaza todas estas historias hilando las voces de diferentes personajes, como la historiadora Guadalupe Pinzón Ríos, la especialista en mariposas Aster T. Badon, los marineros filipinos Michael John Díaz y el niño mexicano Simón.
Por último, la exposición presenta una serie de piezas textiles realizadas en fibra de piña que inundan la sala con formas del mundo natural, como las antedichas mariposas monarca, la flor de la patata, el café, la vainilla y otras especies llevadas a Filipinas por los españoles.
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