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Menudas piezas es un festival en el que el ajedrez y la educación se unen para narrar una historia de superación

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MÁLAGA, 3 (EUROPA PRESS)

‘Menudas piezas’, de Nacho G. Velilla, que participa en la sección oficial fuera de concurso del 27 Festival de Málaga, es “una historia de superación” en la que se entrelazan el ajedrez y la educación.

De hecho, el director ha incidido en lo actual del tema, al reivindicar también la importancia de la educación y “del buen profesor; así como la educación como motivación para una sociedad igualitaria”.

Así lo han señalado en rueda de prensa donde han participado, además del director y productor, los intérpretes Alexandra Jiménez, Francesc Orella, Rocío Velayos, Pablo Louazel y Kiko Bena; y los productores Ghislain Barrois y Álvaro Augustín.

En ‘Menudas piezas’, Candela, tras su divorcio, pierde su trabajo en un colegio de élite. Es hora de recolocar las piezas en el tablero y buscar una segunda oportunidad dando clases en su antiguo instituto. Pasa de la crème de la crème, a la crème de la mediocridad. Pero aprenderá que lo importante no es quién fuiste ayer, sino quién eres hoy, que un grupo de perdedores pueden acabar siendo campeones de España, y que, en el ajedrez, y en la vida, no importa si eres rey o peón, porque todos acaban en la misma caja.

El director ha detallado como se enteró de la historia de la película “por un titular”, por lo que desconocía que se desarrollaba en Zaragoza, que “vino luego”, aunque se ha mostrado “feliz” de que sea allí, ya que es de allí y fue también donde rodó su primer cortó: “Era un poco volver a las calles donde había empezado a rodar”.

Sobre el proyecto, el director ha comentado que querían ser “responsables con la historia real”, ya que “nos interesaba mucho no traicionar el espíritu”. “La preocupación era que la película, aparte de que te pudiera entretener, divertir, tuvieras un sello real” y “fuimos muy cuidadosos”, algo que también se nota en la música.

AJEDREZ

Los jóvenes actores Rocío Velayos, Pablo Louazel y Kiko Bena han hablado de su relación con el ajedrez y el rodaje. Así, Bena ha comentado que le hizo ilusión, porque jugaba al ajedrez antes, aunque ha explicado que tuvieron clases.

Por su pare, Pablo Louazel ha hablado de su “relación horrible” con el ajedrez porque “jugaba mi padre en Navidad y era ¡qué horror y aburrimiento!”, pero “me tocó esto y tuvimos clases, íbamos ahí a hacer partidas, a aprendernos las jugadas, también a entenderlas, a sacarles el sentido y fue bonito, es un contacto nuevo, que ahora me fijo más, y sobre todo, también que el ajedrez está en muchos sitios”. En concreto, en esta historia, ha valorado “es precioso, es como el canal para poder encontrarnos a nosotros mismos”.

La actriz Rocío Velayos ha dicho que el ajedrez no le ha llamado nunca la atención, pero cuando fue a hacer la película lo vio como “aprender cosas nuevas”. “Después de estar ahí practicando y que nos estuvieran enseñando, se me ha quedado y ahora me gusta”. Tanto que de hecho reconoce que, de vez en cuento, juega. “Me ha gustado mucho aprender”, ha sostenido.

El director, por su parte, también ha añadido que “la elección nos la da a la propia historia” sobre el uso del ajedrez para integrar a los jóvenes marginales, aludiendo a que “con el ajedrez aprendes empatía”, ya que “necesitas saber en todo momento lo que hace tu contrario”. “Esa empatía que tú aprendes de pequeño en el ajedrez, luego como que la tienes para toda la vida” y “el jugador de ajedrez es una persona observadora, generosa y, luego, la aplica a muchas más disciplinas”.

También ha hablado la actriz Alexandra Jiménez sobre su papel de Candela en la película y cómo lo preparó, y ha señalado que “mis referencias suelen ser un tanto surrealistas”. “Lo que hago es escuchar con mucha atención al director para saber exactamente qué tipo de energía requiere el personaje”, y en este caso, ha afirmado, “es un personaje dentro de un personaje”.

“Es una mujer que ha sido una chica de barrio empeñada en convertirse en una señora de la alta sociedad que tiene que hacer el camino de vuelta para volver a ser esa chica de barrio gracias a los jóvenes alumnos que tiene; que, de alguna manera, le agarran y la vuelven a sujetar con los pies en la tierra”, ha explicado y, además, “gracias a eso también conecta con la persona que realmente es”.

Sobre la creación de los personajes ha hablado, asimismo, el director, que ha incidido en que lo que “queríamos era entrar en grandes conflictos, pero reales”. La diferencia de la historia real es que “elevamos la edad para ponernos en una situación más crítica, en una preadolescencia, que ya el siguiente paso era la cárcel, si no lo evitabas”. “Mi preocupación era respetar una historia real y que no perdiéramos las ideas o lo que transmitía la historia real”, ha afirmado.

TRABAJO

Por otro lado, Rocío Velayos, Pablo Louazel y Kiko Bena han valorado el poder trabajar con actores como Alexandra Jiménez y Francesc Orella, entre otros, donde han aprendido tanto en interpretación como en lo personal, ha dicho Velayos; mientras que Louazel ha afirmado que ha sido “un sueño, todo positivo y bueno”.

Kiko Bena ha hablado, en un primer lugar de “sentir miedo, presión, responsabilidad”, pero, tras soltarse en los ensayos, pudo conocer “a los demás y fue un placer, no solo por el trabajo, también por las personas”. Ha hablado, además, “del reto” que ha supuesto dar vida a una historia real y la “responsabilidad” de contar esta situación, por lo que también es una “oportunidad” el contarlo.

También la actriz Alexandra Jiménez ha destacado el trabajo con los más jóvenes actores, de los que “he aprendido observándolos y admirándolos” y en relación con la experiencia con otros trabajos ha detallado que “ha sido distinto, porque es cierto que mi vista es más periférica, los he observado más desde fuera, y he recuperado parte de esa energía que ellos tienen que no podemos olvidar conforme vamos avanzando y haciéndonos mayores; sobre todo de guardar el entusiasmo por este trabajo y la escucha a todo lo que está sucediendo y el darte cuenta que estás aprendiendo constantemente”.

“Cada película es un trabajo completamente nuevo, que se te escapa, y todo lo que has aprendido en las anteriores de pronto no te sirve de nada y tienes que seguir aprendiendo”, por lo que “ha sido una experiencia preciosa” este proyecto.

La película se estrena el 12 de abril. Los productores Ghislain Barrois y Álvaro Augustín también han hablado sobre el proyecto. Así, Barrois ha incidido en el reto de esta película, al mezclar comedia con emociones, “un género resbaladizo”. “Para que salga bien obviamente hace falta un elenco de Fórmulas 1, que interpreten los actores, pero hace falta sobre todo un director capaz de echar el freno de mano” en el momento justo, pero “en este caso, sorprendentemente, lo has bordado” le ha dicho a Nacho G. Velilla. Álvaro Augustín ha subraya que se tienen los elementos y “funciona”, ha apostillado.

Por último, el director ha dado las gracias al Festival de Málaga, donde ya estuvo con ‘Fuera de Carta’: “Volver con una película con la que estamos especialmente contentos es una alegría”, ha concluido.


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