MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
La presidenta de la Comisión de Función Renal y Urianálisis de la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML), Patricia Fernández Riejos, ha destacado que el laboratorio clínico es clave en el inicio del estudio del paciente con litiasis renal, ya que “informa sobre el origen de la producción del cálculo y proporciona toda la información necesaria al urólogo para el seguimiento y tratamiento del paciente”.
Así se ha pronunciado Fernández Riejos durante el curso ‘El paciente litiásico y su abordaje por el Laboratorio Clínico’, organizado por la SEQCML con el objetivo de ahondar en la labor del laboratorio clínico en la evaluación clínica del paciente litiásico y difundir cuáles son las herramientas analíticas disponibles.
La litiasis renal o la formación de pequeñas piedras en el riñón es una patología que afecta al 12 por ciento de la población española, cada vez más común en niños y adultos jóvenes, de causa multifactorial y que puede provocar náuseas, vómitos, molestias al miccionar (similares a una infección de orina) o intensos dolores como resultado de la obstrucción urinaria, un cólico nefrítico.
Algunos tipos de cálculos renales son muy recidivantes y pueden mermar la calidad de vida cuando se requiere diálisis o derivar en la necesidad de un trasplante renal y hepático.
En palabras de Fernández Riejos, también coordinadora del curso, la urolitiasis o litiasis renal se forma en el mismo aparato urinario, cuando ciertas sustancias eliminadas en la orina están en elevadas concentraciones y por determinadas circunstancias pueden precipitar y finalmente formar cálculos.
“El tamaño del cálculo puede variar desde un grano de arena a una avellana. Cuando son pequeños se pueden eliminar espontáneamente con la orina, pero cuando tienen un tamaño mayor tendrán que ser extraídos en el hospital por los urólogos mediante tratamiento médico-quirúrgico”, ha detallado Fernández Riejos.
Desde la SEQCML indican que en el abordaje del paciente litiásico intervienen otras especialidades médicas implicadas en el diagnóstico, seguimiento y tratamiento del paciente, como Urología, Nefrología, Radiología, Endocrinología y Nutrición, y también Medicina de Laboratorio.
En este sentido, el especialista de Medicina de Laboratorio estudia cada una de las fases en las que se producen los cálculos renales. En particular, según explica el ponente del curso y especialista de Análisis Clínicos en el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete (CHUA), Juan Ángel Jiménez García, se analiza la formación del cálculo renal mediante la cuantificación del compuesto que está sobresaturado en la orina.
“Aparte, se realiza el estudio de los cristales en orina por medio del análisis microscópico del sedimento urinario. Ambos resultados servirán para llevar un control del paciente litiásico y predecir recidivas o recaídas”, ha precisado Jiménez García.
Finalmente, el especialista ha incidido en que el estudio del cálculo proporcionará información sobre la causa detrás de su formación y su composición. “Este análisis es el que indica la causa de la enfermedad y nos señala qué tipo de tratamiento higiénico, dietético o farmacológico hay que efectuar, así como el estudio bioquímico metabólico (medición de diversos compuestos en sangre y orina) a realizar, si fuera necesario, en la orina y sangre del paciente”, ha resumido Jiménez García.
PROBLEMA MULTIFACTORIAL
En la formación del cálculo renal intervienen factores anatómicos, hidrodinámicos y físico-químicos. De tal manera que, como describe la ponente del curso y miembro de la Comisión de Función Renal y Urianálisis de la SEQCML, Mª José Ferri Iglesias, sus causas son variadas. “Puede deberse a malos hábitos dietéticos, que el paciente sufra enfermedades metabólicas, patologías sistémicas y también interviene el calentamiento global”.
La primera línea de tratamiento es impedir la formación del cálculo mediante tratamiento farmacológico y modificaciones dietéticas en el paciente. La especialista hace hincapié en la importancia de concienciar sobre la litiasis y su prevención, ya que, si bien es cierto que existen casos ocasionados por predisposición genética, hay factores de riesgo que se pueden modificar, entre ellos, la dieta.
“Es importante una correcta hidratación y una alimentación variada, que evite por ejemplo el exceso de oxalatos o purinas, así como llevar un buen control de otras enfermedades metabólicas, como la diabetes, que también es un factor de riesgo. Es muy importante la difusión de dietas que ayuden al paciente a la no formación del cálculo renal”, ha señalado Ferri Iglesias.
Una vez formado el cálculo, su tratamiento es la expulsión o extirpación, ya que, si no se expulsa, puede obstruir la vía urinaria, ocasionando infección o insuficiencia renal. Tal y como asevera la también ponente del curso y miembro de la Comisión de Función Renal y Urianálisis de la SEQCML, Maria del Carmen Salgado Martín, en estos casos, el urólogo realiza una ureteroscopia para litotricia endoscópica o extracción del cálculo.
“En los últimos años, el principal avance es el tratamiento mediante ARN de interferencia en el caso de formación de cálculos cuyo origen sea la hiperoxaluria primaria. Este tratamiento parece prometedor y evitaría llegar al trasplante en estos pacientes”, concluye Salgado Martín.
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