MADRID/VITORIA, 22 (SERVIMEDIA)
El lehendakari del Gobierno vasco, Iñigo Urkullu, anunció formalmente este jueves que las elecciones autonómicas se celebrarán el próximo 21 de abril.
Lo hizo en una comparecencia después de la reunión de su Consejo de Gobierno, en la que confirmó la fecha que se venía barajando para dichos comicios, a los que por decisión del Partido Nacionalista Vasco ya no concurrirá él a la reelección como candidato de dicha formación. Urkullu ha sido lehendakari durante tres legislaturas, desde que asumió el cargo en las elecciones de 2012.
En esta ocasión, el candidato del PNV a sucederle es Imanol Pradales. El del PSE es Eneko Andueza; el de EH Bildu, Pello Otxandiano; el del PP, Javier de Andrés; la de Sumar, Alba García; y la de Podemos, Miren Gorrotxategi. Vox, por su parte, no ha desvelado cuál de sus cabezas de lista por cada una de las tres provincias será el aspirante a la Lehendakaritza.
Urkullu explicó que había comunicado justo antes la fecha de las elecciones a la presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejeria, y a los líderes de los partidos políticos con representación en él, y, a preguntas de los periodistas, precisó que no había informado al presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, aunque garantizó: “Lo haré en todo caso, cómo no, como he hecho siempre”.
Posteriormente atestiguó que su relación con Sánchez en los últimos tiempos había sido “bastante más epistolar que lo que haya podido ser una relación cara a cara”. Lo atribuyó a que el presidente “habrá valorado las circunstancias que le han tocado vivir” de “tener otra relación con los partidos políticos que sustentan al Gobierno” y reconoció no haberle pedido una reunión en los últimos seis meses, porque la relación le correspondía al PNV, si bien afirmó estar “siempre a disposición del presidente del Gobierno español”.
También a preguntas de los medios, Urkullu justificó la fecha elegida como la última en que, una vez agotada la legislatura si se tiene en cuenta que las elecciones de 2020 las convocó para el 5 de abril aunque la covid obligara a posponerlas a julio, no colisionen con la precampaña de las elecciones europeas del 9 de junio. Partiendo también de que el 28 es San Prudencio, fiesta en Álava.
El lehendakari relató que el lunes pasado, cuando se reunió con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y con el secretario general del PSE, el mencionado Undueza, no les desveló la fecha del 21 de abril, pero sí les preguntó si les parecía mejor ésta o hacerlas coincidir con las europeas. “Dieron su opinión y atiendo al criterio, que además es mi criterio como la fecha idónea”, aseguró.
Ambos, atestiguó, le contestaron a la vez que el 21 de abril, porque “unas elecciones autonómicas debían celebrarse en una fecha en que se interpretara la importancia de las propias elecciones autonómicas en sí mismas, sin necesidad de que tuviéramos que estar hablando de otras cosas, sino sólo de las cosas que afectan propiamente a Euskadi”.
APOYO DEL PNV
Urkullu, que dijo no saber si éste es su “mejor momento o ha habido otros mejores”, sí se declaró “muy satisfecho con lo que ha sido la evolución en los últimos tres periodos electorales” y, pese a que no vaya a repetir como candidato, aseguró: “No estoy alejado del partido en absoluto ni creo que el partido esté alejado de mí. He sentido su apoyo en todo momento”.
Antes de las preguntas, en su intervención inicial, el todavía lehendakari, que agradeció el trabajo a los consejeros de su actual Gobierno nombrándolos uno por uno, proclamó que “jamás habría imaginado mayor honor” que ser lehendakari, que había procurado ser leal “a la dignidad de las instituciones” y dar “respuestas y resultados” a la ciudadanía, cuyo “depósito de confianza” había “sentido crecer” en estos 12 años.
También destacó que el PSE y el PNV, en su Gobierno de coalición, “superando nuestras diferencias y siempre a través de la discreción”, habían “compartido estrategias y objetivos de país”, y enumeró que en sus tres legislaturas se han incorporado 11 nuevas competencias, se ha renovado el concierto económico, el Gobierno central se ha comprometido a culminar el desarrollo del Estatuto, se han firmado un protocolo de colaboración con Navarra y un memorial de entendimiento con Iparralde, y se han aprobado 121 leyes, el 85% con el apoyo de alguno de los partidos de la oposición.
Urkullu describió “el sentido de la política” como “diálogo y entendimiento entre diferentes” y “lograr puntos de encuentro por el bien de la sociedad” y aseguró que había “tratado de representar de la mejor manera posible la diversidad de nuestra sociedad”. Expresó un recuerdo a quienes perdieron la vida durante la epidemia de covid, “los momentos más complicados que nos ha tocado vivir”, y a las mujeres asesinadas o maltratadas, y presumió de que en diciembre de 2012 había 875.000 vascos trabajando y ahora son más de un millón.
El lehendakari quiso describir como “principales hitos” el empleo, la superación, y el respeto, la cohesión y la convivencia. De estas tres últimas celebró que Euskadi ha “dejado atrás la pesadilla del terrorismo y la violencia” y que “ETA ha desaparecido de nuestras vidas para siempre”. Reconoció que “ha llegado con muchas décadas de retraso” y que “todavía queda mucho por hacer para que nunca más vuelva a germinar el odio y la violencia en nuestro pueblo”, y sentenció que esa violencia “jamás se debió producir y jamás se debería repetir”.
A nivel personal, afirmó: “He trabajado lo mejor que he sabido”. Y terminó diciendo que esperaba haber “procedido con el debido respeto”, pidiendo perdón por sus errores y dando “las gracias a Euskadi por todo lo que se me ha dado”.
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