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Una fundación marista pide que los niños sean escuchados en las políticas sobre abusos

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MADRID, 11 (SERVIMEDIA)

La Diktya Foundation, impulsada por los Hermanos Maristas, reivindica incluir a niños y familias “en la ecuación” de las políticas contra los abusos y la violencia en la infancia. Pero la organización también llama a impulsar el trabajo “en red” con organismos de todo el mundo, católicos o no, para la prevención, protección y promoción de los derechos de la infancia.

“Los niños tienen que ser el centro, tienen que participar, no solamente en ser los receptores, son sujetos de derechos. No se los damos, son suyos y los debemos respetar y ellos nos deben exigir que los respetemos”, pidió Raimon Novell, comisionado de la fundación, en declaraciones a Servimedia tras la reciente presentación de la fundación en Barcelona.

Novell reclamó consolidar que haya espacios seguros para la infancia. Pero, matizó, para que existan, “hay modelos mentales que tienen que cambiar”. “Ellos son protagonistas de su historia y con derechos a respetar. No nos hagamos nosotros dueños de esos derechos”, dijo.

El representante de la fundación de los maristas, congregación salpicada por casos de abusos a menores, indicó que “focalizar el tema de los abusos es hacer un flaco favor a las organizaciones y a la sociedad”. “Lo primero que tiene que hacer una organización es reconocer y dar una solución. Fuimos parte del problema y ahora somos parte de la solución”, aseveró en referencia a los diversos casos de abusos que han tenido lugar en el ámbito la congregación.

Para Novell es necesario “concienciarse de que en cualquier parte de la sociedad pueden suceder maltratos y abusos”, pues “el 85% se producen en espacios de mucha confianza e intimidad, en muchos casos en familias y espacios no formales, más allá de los centros educativos”.

Por ello, planteó que tanto la Iglesia como las organizaciones tienen que “dar una respuesta efectiva” pero, que sea “conjuntamente con otras organizaciones”. “Cada vez más hay una clara va habiendo una conciencia clara de que no hay que relajar nunca la vigilancia” pues es problema “de la sociedad y de la naturaleza humana”.

“Lamentablemente sigue habiendo abusos y maltratos”, subrayó en referencia al dato que en 2011 ofreció una campaña del Consejo Europeo que decía que uno de cada cinco niños ha sido o va a ser víctima. “Nadie lo ha desmentido ni ha sido capaz de hacer que esa proporción disminuya. No sabemos cuántos abusos hay y es alarmante. Para eso hay que hacer tantas campañas”, añadió. Es más, subrayó que de los casos conocidos sólo entre el 2 y el 4% son denunciados o comunicados. “Hay mucha tarea pedagógica que hacer para que emerjan”, pidió.

Insistió en que un “problema transversal”, que “no depende de clases sociales” y que “se puede dar en cualquier ámbito de la sociedad” debe tener una respuesta “en red”.

TOMAR CONCIENCIA

“Tanto la Iglesia como la sociedad civil tienen que tomar conciencia que hay casos por resolver. Como mínimo tenemos que intentar reconocer el dolor de las víctimas y trabajar activamente para que los niños del presente no sufran lo que sufrieron los niños del pasado. No es tarea fácil”, aseveró en referencia a que “se necesita” también la implicación de administraciones y organizaciones públicas privadas y “de todas las partes”.

Novell puso en valor el proyecto en el que ya trabaja Diktya Foundation, nacida a partir del trabajo de los maristas durante una década y su presencia en 80 países, con Porticus (que ofrece financiación), Keeping Children Safe (como “marco de referencia universal) y la Fundación Edelvives (en acompañamiento) para buscar una decena de organizaciones educativas europeas, “especialmente del ámbito católico, pero no necesariamente” para concretar “respuestas conjuntas”. “La vocación es que podamos hacer esto también a nivel intercontinental con Latinoamérica”, apuntó.

En España, de la mano de Fundación Edelvives (Baula en Cataluña) que ha elaborado diversos materiales, se centran en trabajar en la formación a profesionales para ayudar a “romper el silencio” frente a abusos y maltratos, con talleres que se realizan en centros educativos desde 2016, para que alumnos desde los 3 a los 18 años puedan reconocer sus derechos y herramientas de “autoprotección” para “dar respuestas efectivas a los abusos y los maltratos”.

Con el tiempo, los materiales y las sesiones se han digitalizado para ofrecer herramientas en el ámbito educativo donde se ha detectado “un vacío muy importante”. “Está funcionando en los centros maristas y debería funcionar en otros centros y países”, aseveró el experto, que subrayó que en España “la Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia (Lopivi) obliga y anima a que damos pasos en este sentido”.

“Nos hemos de sumar a que existan políticas para que lo que ha ocurrido en el pasado sean cambiando por espacios donde el diálogo y la solución de problemas sea efectivas”, concluyó.


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