MADRID, 11 (SERVIMEDIA)
El plumbismo o intoxicación por plomo procedente de perdigones de caza afecta a al menos 20 especies de aves rapaces en España, así como a cuatro de aves granívoras terrestres.
Así se desprende de un estudio encargado por SEO/BirdLife al Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) y el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Idaea), con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
El estudio, titulado ‘El plumbismo en aves terrestres en España: la contaminación por la munición de plomo más allá de las zonas húmedas’ concluye que los perdigones son ingeridos por aves granívoras (como palomas o perdices), pero también hay una difusión a vegetales que terminan pasando a la cadena trófica.
Además, se ha constatado que las concentraciones de plomo pueden llegar a ser letales, aunque con más frecuencia causan problemas reproductivos, fisiológicos e inmunológicos.
Otro de los aspectos que se extrae del informe es que el plomo pasa también a los depredadores, se ha registrado su presencia en 20 especies de rapaces, y en 12 de ellas llegan a niveles letales.
Las prevalencias de intoxicación letal están por encima de un 10% en tres especies (buitre leonado, águila real y azor). La reducción de las poblaciones por debajo de su capacidad de carga llega a ser de un 13,2% en el águila real, la especie más afectada.
CARNE DE CAZA
El estudio constata que la munición de plomo es también una fuente significativa de plomo en la carne de caza destinada al consumo humano, de modo que alrededor del 50% de las piezas de caza menor y alimentos procesados con carne de caza mayor superan los niveles máximos de plomo establecidos por la UE para carne.
La Comisión Europea tiene en su agenda decidir sobre la restricción a la munición de plomo para todo tipo de caza y el tiro deportivo en el exterior, además de los pesos de plomo usados en la pesca, a propuesta de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés).
El plomo es, como otros metales pesados, una sustancia extremadamente tóxica y bioacumulable, por lo que sus efectos llegan a ser crónicos. Su peligrosidad ha llevado a que se elimine de la mayor parte de los usos que tenía, como el aumento del octanaje de los combustibles o como colorante o aditivo a las pinturas o confección de tuberías de agua.
Mañana lunes, 12 de febrero, comienza en Samarcanda (Uzbekistán) la 14ª conferencia de las partes de la Convención de Especies Migratorias (CMS), también conocida como convenio de Bonn. Entre otros temas, se tratará la retirada del plomo en el medio ambiente.
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