Recurre a la pintura de Mark Rothko como inspiración para el baile en ‘Color sin nombre’, del 14 al 24 de febrero en el Teatro Pavón
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
El bailaor José Maya (Madrid, 1983) vuelve del 14 al 24 de febrero al Teatro Pavón de la capital con su espectáculo interactivo ‘Color sin nombre’, en el que la pintura del artista estadounidense de origen letón Mark Rothko (Daugavpils, Letonia, 1903 – Nueva York, 1970) se convierte en fuente de inspiración para el baile flamenco.
Un flamenco cuya vinculación con Madrid reivindica el bailaor, quien subraya que la ciudad “ha aportado mucho a este arte milenario” como es el flamenco, del que “ha sido siempre” su capital.
En una entrevista concedida a Europa Press con motivo de su vuelta al Pavón, Maya ha recordado que Madrid ha contado “desde 1920” con “los mejores tablaos” y “los grandes artistas han venido aquí a triunfar como los toreros en Las Ventas”.
En este sentido, se ha felicitado por la reciente decisión de la Comunidad de Madrid de declarar el Flamenco como Bien de Interés Cultural (BIC) y ha rechazado polémicas con el otro gran territorio del flamenco y del que desciende el bailaor madrileño, Andalucía, sobre la pertenencia del flamenco.
“El arte es universal, Andalucía es una tierra maravillosa con una amalgama de culturas” como la árabe, la gitana o la fenicia, recuerda, pero Madrid “es la Corte” y el lugar al que “todos los grandes artistas tienen que venir”, lo que ha hecho que la capital haya desarrollado “nuevas tendencias” y modismos propios.
‘Color sin nombre’ fusiona danza, música y arte visual para crear esta obra en la que el artista madrileño está acompañado en el escenario por el cante de José Del Calli y Delia Membrive, la percusión de Lucky Losada y la guitarra de Rycardo Moreno.
UN VIAJE INTERIOR A LAS EMOCIONES
Maya materializa en este espectáculo, estrenado en la Sala Roja de Teatros del Canal dentro del festival Suma Flamenca de la Comunidad de Madrid en 2022, las emociones que surgen de la pintura del artista estadounidense siguiendo su instinto. Se trata de un viaje interior que invita a cuestionar la universalidad de las emociones humanas.
Unas proyecciones digitales monumentales trasladan al espectador desde la Capilla Rothko en Houston a una serie de paisajes abstractos y oníricos. Al ritmo de sus pasos, el bailarín guía al público por la profundidad de los colores. Poco a poco van creando los relieves y tintes de estos paisajes con horizontes infinitos. La naturaleza es a veces dramática, oscura e incandescente al ritmo de una soleá exaltada, a veces suave y espiritual cuando se canta una alegría aérea.
Maya ha defendido la inspiración que le provoca este referente del expresionismo abstracto como Rothko, sobre todo en la manera de representar “la tragedia, la muerte o el éxtasis” que tenía este artista que acabó trágicamente con su vida en su estudio neoyorkino a los 66 años.
Una pintura “cargada de sentimiento y de espiritualidad” que al artista madrileño le recuerda al flamenco, un arte “para bailar con Dios” que está también “cargado de aire y de tragedia”.
De esta forma, el bailaor sugiere un recorrido por ocho colores, desde el negro y el rojo, al amarillo y el blanco, para “acabar en el cielo”. “Todo nace de mi imaginación, yo me inspiro en la obra de Rothko porque siempre me ha parecido muy atrevido y elegante, su pintura está cargada de emoción como el flamenco”, ha abundado el artista.
José Maya reconoce su relación desde temprano –pariente de pintores e hijo de un marchante de arte– con la pintura de Rothko, del que hasta el 2 de abril ofrece una amplia retrospectiva la Fundación Louis Vuitton en París, y se felicita por poder albergar al mismo tiempo en otra gran capital europea como Madrid una performance inspirada en el pintor.
AYUDAR A DIVULGAR LA FIGURA DE ROTHKO
“Desde que lo descubrí siempre me ha provocado un sentimiento muy potente, mucha espiritualidad. Él pintaba capas, campos de color. Primero fue un artista figurativo, luego desaparecieron las figuras y se pasó a los campos para que el espectador penetre dentro de la obra, como hace el flamenco”, ha defendido José Maya, quien espera que su espectáculo –que llevará en marzo a Estados Unidos– ayude a divulgar más a un pintor al que “desgraciadamente todavía mucha gente no conoce”.
Sobrino de Rafael Romero “El Gallina” y Fernanda Romero, José Maya es un bailaor gitano de origen andaluz nacido en Madrid. Empezó a bailar profesionalmente con nueve años, compartiendo cartel en el Teatro Albéniz de Madrid con Antonio Canales, Juan Ramírez y Joaquín Grilo.
Con 13 años entra a formar parte de las compañías de El Güito y Manolete, con quienes realiza giras por España y Portugal. Desde 2007 es miembro del sexteto del maestro de la guitarra Tomatito.
Ha bailado como telonero con su propio espectáculo en los conciertos de estrellas internacionales como Marc Anthony, Beyoncé, Björk o Juan luis Guerra y en grandes escenarios de todo el mundo como el Theater Skirball Center de Nueva York, en el Théâtre Marines Memorial de San Francisco o el Festival internacional de percusión de Montreal, el Teatro Le Palace de París con varios llenos, entre otros. En 2021 presentó en el Teatro Pavón ‘Rizoma’, junto a Pastora Galván.
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