SEVILLA, 1 (EUROPA PRESS)
El director de la Estación Biológica de Doñana, Eloy Revilla, ha señalado este jueves que la actual sequía está siendo “muy intensa y prolongada” con respecto a otros periodos, por lo que se trata de un “cambio de funcionamiento a nivel de circulación atmosférica”.
Así ha explicado Revilla, a pregunta de los periodistas durante la presentación del informe ‘Estado de la Biodiversidad en Doñana 2023’, que la “diferencia” de esta sequía con otras anteriores es que en los años 90 “seguía el patrón estándar del área mediterránea, es decir, sequías intensas de una duración entre dos y cuatro o cinco años”, mientras que la actual es “una sequía muy intensa y muy prolongada”,
“Ello nos da a entender que estamos en un cambio de funcionamiento a nivel de circulación atmosférica y oceánica, ya que las corrientes marinas y la temperatura del agua de mar son muy importantes a la hora de determinar el clima en el suroeste de la península ibérica. Por ello, la diferencia es fundamental, es muy importante y desgraciadamente están de acuerdo con las predicciones que se llevan haciendo desde hace 30 y 40 años, de hacia dónde vamos por el impacto del cambio climático”, ha explicado.
Al respecto, ha detallado que el año pasado la temperatura creció “en torno a 1,4 o 1,5 grados por encima de la media histórica a nivel mundial”, es decir, “en el límite que marcaba el protocolo de Kioto”, por lo que la tendencia a nivel global es “de ir hacia dos grados o dos grados y medio”.
“Eso significa que la aridificación que va a sufrir la zona mediterránea europea va a ser muy intensa y eso va a suponer cambios profundos en los ambientes naturales, como puede ser Doñana, pero también en la disponibilidad de recursos para las personas. Esto va a hacer cambiar los usos del suelo y la agricultura pero también va a afectar al turismo o la industria”, ha abundado.
En este sentido, ha subrayado que se está “empezando a observar esos cambios”, aunque “de manera acelerada, probablemente más rápida de lo que esperábamos por las predicciones de los modelos de cambio climático”.
PACTO POR DOÑANA Y LA UICN
En otro orden de cosas, Revilla ha valorado el acuerdo por Doñana, suscrito entre la Junta de Andalucía y el Gobierno central, asegurando que es “optimista” porque supone “un punto de inflexión muy importante” porque “mejora la gobernanza en la zona, hace que la gestión de los recursos sea más eficiente y de acuerdo a la legalidad”.
“Además, abre una ventana de oportunidad que nos va a permitir probablemente en el último instante, en el último momento, revertir la situación. La oportunidad está ahí y hay que aprovecharla”, ha agregado.
En cuanto a la exclusión de Doñana de la Lista Verde de la UICN, Revilla ha valorado que es “una mala noticia”, porque significa que “no se han hecho bien las cosas, desde el punto de vista de la gestión y la administración y también desde el punto de vista de la investigación”.
“Nos debe servir para aprender, para tener el listado de puntos que tenemos que mejorar, de hecho, creo que están incluidos en el acuerdo que han firmado el gobierno central y el gobierno autonómico. Ahora el reto es conseguir que esa gobernanza se traduzca en una mejora del estado de conservación del espacio. Por eso hay que seguir trabajando para que las cosas mejoren”, ha enfatizado.
AGRICULTURA EN DOÑANA
Cuestionado por la influencia de la acción del hombre y de la agricultura en Doñana, el director de la Estación Biológica ha afirmado que “en sistemas naturales, que son complejos, la separación o el fraccionamiento de la varianza es muy difícil”.
Al respecto, ha indicado que “cuando hay más temperatura y menos agua disponible, el impacto de una misma extracción de agua es mucho mayor”, por lo que “van de la mano, no se pueden separar”, pero ha asegurado que “lo que está claro” es que el acuífero “está sobreexplotado”.
“Está sobreexplotado de manera muy intensa y lo ha estado en las últimas décadas. Eso significa que estamos utilizando el recurso por encima de la disponibilidad, de la capacidad de regeneración”, ha matizado.
Por ello, ha explicado que el resultado final “no solo es el impacto en Doñana”, sino “va a ser el impacto en el propio sistema socioeconómico que se ha creado, que mientras está utilizando un capital acumulado a lo largo del tiempo, funciona”, pero “en cuanto se empiece a agotar ese capital, el propio sistema socioeconómico va a tener problemas que ya está ocurriendo”.
“La separación, por tanto, no es sencilla. Lo que sí que está claro es que tenemos que adaptarnos, y una parte de ello pasa por adaptar la demanda de agua. No solamente hay que mejorar las infraestructuras y hacer un uso más eficiente del recurso disponible, sino que también hay que reducir la demanda. Eso es muy importante”, ha concluido.
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