“Si hasta fui a pedirle permiso a la Virgen de la Macarena”, ha recalcado Patricia Ortega
GIJÓN, 1 (EUROPA PRESS)
La directora de la película ‘Mamacruz’, Patricia Ortega y el productor, Olmo Figueredo González Quevedo, han rechazado este jueves que su largometraje sea irrespetuoso con las creencias y sensibilidades religiosas.
Así lo ha hecho a raíz de las declaraciones de la portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Gijón, Sara Álvarez Rouco, en las que criticaba la proyección de la película, en el marco de un certamen cinematográfico, en un centro municipal, por ser, a su juicio, un “desprecio” a las creencias religiosas.
“Si hasta fui a pedirle permiso a la Virgen de la Macarena, por solicitud de mi propia madre, quien es fiel creyente y a quien está dedicada la película”, ha defendido.
“Creo que la señora Sara Álvarez Rouco no ha tenido la oportunidad de ver la película y que solo la está juzgando por la imagen amorosa que propone el cartel internacional”, ha lamentado.
Ortega se ha mostrado convencida de que cuando la vea, “le va a encantar”. “Porque Mamacruz es una película que festeja la humanidad, la diversidad y los orgasmos, que abrazan a todas las personas sin distinción”, ha reivindicado.
Por su parte, Olmo Figueredo González- Quevedo ha remarcado que sus padres le transmitieron amor por el cine, los jesuitas el respeto a la religión católica, y mi buen amigo, el Padre Alcalá, la tolerancia hacia todo tipo de expresiones artísticas y culturales.
“Así que recomiendo a la señora Sara Álvarez Rouco que dé menos lecciones y vea más cine”, ha resaltado. “O, al menos, que vea el cine del que habla para confirmar que Mamacruz en absoluto critica, ridiculiza ni desprecia a la religión católica”, ha agregado.
Sobre la película, ‘Mamacruz’ tuvo su estreno mundial en la Sección Oficial del Festival de Sundance (USA). Después de una gira internacional por diversos festivales internacionales, tuvo su estreno nacional en la sección oficial de la Seminci (fuera de concurso).
Según la cineasta, ‘Mamacruz’ es “una comedia íntima luminosa, alegre y vitalista, un homenaje a las madres y a las abuelas que deciden tomar las riendas de su propio destino”. “Un homenaje, en definitiva, a cada ser humano que defiende su identidad y sus sueños, más allá de los dogmas establecidos”, señalan.
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