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La formación del universo o la formación de agujeros negros

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PALMA, 26 (EUROPA PRESS)

Un grupo de 20 científicos de la Universitat de les Illes Balears (UIB) formarán parte de la misión LISA de la Agencia Espacial Europea (ESA), con la que se pretende, entre otras cuestiones, indagar sobre la formación del universo, los instantes posteriores al ‘big bang’ o estudiar agujeros negros con más masa que el Sol.

Así lo ha anunciado la catedrática de Física de la UIB y líder del ‘grupo de investigación en Física Gravitacional: teoría y práctica (Gravity)’, Alicia Sintes, después de que, este jueves, la ESA adoptara la misión LISA, lo que significa que este proyecto entrará en fase de construcción.

Para lograr los resultados de las investigaciones científicas, se enviarán tres satélites al espacio con los que se medirán las ondas gravitacionales, que “permitirán abrir una nueva ventana en el universo en la vertiente de la baja frecuencia, algo que es totalmente inaccesible desde La Tierra”, ha explicado la física.

Estos tres satélites espaciales se enviarán con un solo cohete y tardarán un año en llegar a su posición final, estarán separaros entre sí a una distancia de 2,5 millones de kilómetros y se comunicarán mediante luces láser.

“Los satélites encapsularán dos masas de prueba dentro de cada satélite, que son de un tamaño más pequeño que un cubo de Rubik hechas de oro y platino, y estos satélites se encargan de seguir estas masas de prueba que se mueven entre ellas por las ondas gravitacionales, que hacen que cambie su posición”, ha relatado.

Estos tres satélites orbitarán alrededor de La Tierra, que seguirán su movimiento alrededor del Sol y la vida mínima de la misión será de cinco años.

“Esto permitirá hacer astronomía de ondas gravitacionales de alta precisión y dar respuesta a muchos problemas fundamentales de la física, la cosmología o la astronomía, y, así, entender las leyes fundamentales que rigen el universo y cómo se ha formado”, ha subrayado.

Además de los cometidos de esta investigación ya mencionados, la misión también hará posible poner a prueba la teoría de la relatividad general o incluso “descubrir nuevos fenómenos que hasta ahora se ignoran”.

Sintes ha señalado que la primera vez que se propuso la misión LISA fue en el año 1994 pero “tecnológicamente presentaba muchos retos”, por lo que se adoptó una misión precursora llamada LISA Pathfinder que voló el 2015 y tomó datos hasta 2017, con “una tecnología que la gente no se creía” y la calificaban de “ciencia ficción”.

Finalmente, esta misión fue seleccionada por el programa ‘Cosmic Vision’ de la ESA como su tercera gran misión, hasta que este jueves se ha adoptado y su lanzamiento está previsto para 2037, por lo que ahora se empezarán a conceder los primeros contratos a la empresas para repartir las tareas entre los países participantes.

“España participa de manera bastante relevante en la parte de los sistemas de diagnóstico y tendrá un centro de datos, mientras que la UIB tendrá un papel relevante porque es uno de los grupos más grandes de personas que participan en el Consorcio LISA”, ha detallado.

La líder del grupo Gravity ha concretado que este consorcio lo integrarán 1.700 personas y en la UIB se proporcionarán los modelos teóricos para hacer los análisis de los datos en el futuro. En el equipo balear de la misión participan esta veintena de investigadores, compuesto científicos locales e internacionales de países como Italia, Francia, Portugal, Reino Unido o India.

“SE TIENEN QUE TOMAR DECISIONES Y ADQUIRIR COMPROMISOS”

Preguntada por el papel concreto que jugará el grupo de científicos de la UIB, Sintes ha respondido que esto “dependerá del compromiso que quiera tener la universidad”, porque a España le corresponde un centro de datos.

En España, la coordinación la llevará el Instituto Espacial de Cataluña (IEC), en el que está inscrito el grupo de la UIB; y la parte de ‘hardware’ se la quedará el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE).

“Por tanto, en Baleares se podría tener la parte teórica de análisis de datos, de proporcionar algoritmos para los análisis y construir el ‘software’, por lo que, si se quiere arriesgar y dar una paso adelante para tener en Baleares el centro de datos de LISA, se tienen que tomar decisiones y adquirir compromisos”, ha destacado.

En ese sentido, Sintes ha aseverado que si se adquieren compromisos “no es que se aporte dinero, sino que se atrae el dinero”; porque en la misión LISA “hay mucho dinero de las agencias de financiación, que darán las contratas del sector industrial y cada tarea se la lleva un país distinto”.

Sin embargo, consultada por una cantidad de dinero que podría suponer el proyecto para Baleares, la física no ha dado una cifra concreta.


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