MADRID, 25 (SERVIMEDIA)
Investigadores del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos ‘José Mataix’ y del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Granada (UGR), en colaboración con el centro de investigación Helmholtz-Centre for Environmental Research de Leipzig, han demostrado que la microbiota contribuye al desarrollo de la cognición (inteligencia y memoria).
Según informó este jueves el centro de investigación, los resultados de este estudio abren la posibilidad al desarrollo de nuevas terapias innovadoras para mejorar el neurodesarrollo infantil, mediante el uso de compuestos o microorganismos probióticos.
El trabajo de investigación, coordinado por el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la UGR, Antonio Suárez, acaba de publicarse en el último número de la revista científica ‘Cell Host & Microbe’.
En la última década, la constatación de que la microbiota regula la fisiología y la actividad del sistema nervioso central revolucionó la Biomedicina, mostrando la existencia de una comunicación bidireccional entre ambas a través de transmisores químicos, vías neuronales y el sistema inmunológico, denominada ‘eje microbiota-cerebro’.
Varios estudios demostraron además que su alteración está relacionada con enfermedades del neurodesarrollo (autismo), neurodegenerativas (párkinson, alzhéimer, esclerosis múltiple) y del comportamiento (ansiedad, depresión, trastorno por déficit de atención e hiperactividad).
PROBIÓTICOS
Ahora, los responsables de la investigación pudieron observar que la composición de la microbiota era diferente en bebés de 6 meses en función de su respuesta cognitiva al test de Bailey, que mide el desarrollo motor, cognitivo, socioemocional y del lenguaje.
Comprobaron, además, que la función de la microbiota también era diferente, asociando la histidina amonia-liasa o histidasa presente en la microbiota con la cognición de los bebés.
Los científicos llevaron a cabo su estudio con ratones ‘germ-free’, que son un modelo experimental especial porque nacen desprovistos de microbios y viven en un ambiente libre completamente estéril. Estos ratones son una de las pruebas más concluyentes de la relación entre la microbiota y el cerebro.
Descubierto el mecanismo molecular, estos resultados apuntaron a que bacterias probióticas del género ‘Bifidobacterium’ y metabolitos de la histidina independientemente o combinados puedan mejorar la memoria y cognición infantil, especialmente en enfermedades pediátricas con déficit cognitivo como autismo o trastorno de hiperactividad.
La microbiota es el conjunto de millones de microorganismos que conviven con el ser humano en simbiosis, principalmente en nuestro tracto digestivo. Comprender y mantener un equilibrio saludable en la microbiota es fundamental para el bienestar, ya que desempeña un papel crucial en la salud, influyendo en procesos como la digestión y absorción de nutrientes, la regulación del sistema inmunológico, la regulación del metabolismo y la captación de energía, la síntesis de vitaminas y neurotransmisores, la función de barrera del revestimiento intestinal, la protección contra patógenos, y la regulación de la respuesta inflamatoria.
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