Las Brigadas de Ezzeldín al Qassam aseguran que esperaron a que los militares terminasen de colocar explosivos para atacarles
MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
Las Brigadas de Ezzeldín al Qassam, brazo armado del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), ha reclamado el ataque en el que murieron 21 militares israelíes en el campamento de refugiados de Al Maghazi, en el centro de la Franja de Gaza, y han asegurado que sus milicianos esperaron a que terminasen de colocar explosivos en dos edificios para dispararles una granada propulsada con cohete.
“Una importante fuente de Al Qassam revela los detalles de la operación (…) en la que murieron más de 20 oficiales y soldados israelíes. (…) Los muyahidines esperaron a que la fuerza terminara su trabajo e instalara los explosivos para luego atacarla con un cohete antipersona”, han publicado las Brigadas en su canal de noticias oficial de Telegram.
Los milicianos llevaban supuestamente “semanas” estacionados en la zona oriente del mencionado campamento con la instrucción de no atacar a las fuerzas que se internaban en el mismo hasta que encontrasen un “objetivo valioso”.
“Nuestros muyahidines llevan semanas apostados en la zona de operaciones al este de Al Maghazi, a pesar de los intensos y continuos bombardeos. Las instrucciones eran no hacer frente a las fuerzas que penetraban en el campo, a la espera de un objetivo valioso. El enemigo intensificó su fuego en la zona. La peinó hasta que pensó que era seguro, así que trajo a las fuerzas de ingenieros”, han detallado los milicianos.
Al menos 21 militares israelíes murieron el lunes tras un ataque con granada propulsada con cohete contra un carro de combate que protegía a un grupo de soldados que estaban colocando explosivos en dos edificios para su demolición y el posterior derrumbe de estas estructuras, acciones justificadas como “eliminación de edificios e infraestructura terrorista”.
En torno a 220 militares de Israel han muerto desde el inicio de la ofensiva contra Gaza, lanzada tras los ataques perpetrados por Hamás el pasado 7 de octubre, que dejaron cerca de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados –130 de los cuales siguen retenidos–, según los balances de las autoridades israelíes.
Los ataques de Israel sobre Gaza han dejado ya 25.700 palestinos muertos, a los que se suman unos 360 fallecidos más en Cisjordania y en Jerusalén Este por las acciones de las fuerzas de seguridad y de colonos israelíes.
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