MADRID, 17 (SERVIMEDIA)
Un total de 210 niños españoles de cada 100.000 vivían en centros de protección, 51 menos que en 2018 y el doble de la ratio mundial, que se sitúa en 105 por cada 100.000, según un informe publicado este jueves en por Unicef.
Este trabajo pone de manifiesto que 456.000 menores de Europa y Asia Central viven en centros de atención residencial, incluidas las instituciones a gran escala. La tasa de chavales que viven en estas instalaciones en esta zona del mundo es de 232 de cada 100.000, frente a 105 por cada 100.000 en el mundo.
En España, la tasa de niños acogidos en centros de protección fue de 210 por cada 100.000 en 2022 y de 261 por cada 100.000 en 2018.
Este informe ratifica el éxito de España por “conseguir homogeneizar datos agregados a nivel nacional sobre sistemas de asistencia muy divergentes entre sus comunidades autónomas, siendo modelo para países europeos con estructuras de gobierno similares”.
También pone de manifiesto el esfuerzo español por reducir el acogimiento de menores en centros residenciales a través de la ‘Estrategia de desinstitucionalización para una buena vida en comunidad’, que tiene como objetivo que “ningún niño o niña menor de seis años deberá vivir en entornos residenciales en España, y en 2030, ningún menor de 10 años”, que “el acogimiento familiar deberá proporcionarse al 70% de los niños y niñas en acogimiento alternativo” y que “ningún centro albergará a más de 30 niños y niñas (excepto los de primera acogida)”.
Unicef España apuesta por un “enfoque preventivo, apoyando a las familias biológicas para evitar en lo posible la separación familiar” y por “el impulso al acogimiento familiar y el soporte a estas familias acogedoras, sean extensa o ajenas”.
A su juicio, “la vida en un centro residencial debe ser siempre la última opción, por el menor tiempo posible y garantizando que se trata de entornos familiares, pequeños, con profesionales formados con capacidades y recursos para ofrecerles cuidado y protección, de acuerdo a sus necesidades específicas, incluyendo el cuidado de su salud mental y bienestar emocional”.
La especialista de protección en Unicef España, Almudena Olaguibel, confió en que este informe “contribuya a impulsar la aprobación final y la implementación efectiva de la estrategia nacional de desinstitucionalización”, lo que “requerirá una acción concertada de los gobiernos autonómicos y el gobierno nacional, bajo el liderazgo del nuevo Ministerio de Juventud e Infancia”.
Añadió que “el momento es ahora, los niños y las niñas no pueden esperar”, y subrayó que “España ha asumido compromisos muy concretos a nivel internacional y europeo que tienen que materializarse en cambios reales en la vida de los niños y niñas”.
Por su parte, el informe observa que Europa Occidental tiene la tasa más alta de menores en centros de acogida residencial, con 294 por cada 100.000, casi el triple de la media mundial, lo que responde al “aumento en los últimos años del número de niños, niñas y jóvenes no acompañados y separados de sus familias que buscan asilo en Europa”.
También reseña que los avances han sido escasos en el caso de los menores con discapacidad, que en los países que cuestan con estadísticas específicas representan entre el 4% y el 86% de los internos en centros residenciales.
Ante esta situación, Unicef reclamó “inversiones adecuadas para apoyar la detección precoz y la intervención temprana en situación de riesgo que eviten la separación”, un “personal formado y con recursos disponibles en los servicios sociales”, “servicios de apoyo familiar para evitar la separación innecesaria de las familias” y “una acogida de calidad para los niños y las niñas que necesitan protección”.
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