MADRID, 14 (SERVIMEDIA)
El año pasado resultó ser el más caluroso en 77 países y territorios de todo el planeta desde al menos 1979, con temperaturas medias extremadamente altas desde Bolivia (América del Sur) pasando por Yibuti (Cuerno de África), algunos territorios insulares en el Caribe y Estados del Pacífico.
Esa es una de las conclusiones de un estudio dirigido por investigadores de la Universidad Nacional de Australia y publicado por el Global Water Monitor Consortium, una colaboración entre instituciones de Alemania, Australia, Austria, Estados Unidos y Países Bajos.
Los autores utilizaron datos de miles de estaciones terrestres y satélites que orbitan la Tierra para proporcionar información en tiempo real sobre precipitaciones, temperatura del aire, humedad del aire, condiciones del suelo y del agua subterránea, vegetación, caudales de ríos, inundaciones y volúmenes de lagos.
El informe, recogido por Servimedia, señala que la desviación de temperatura más elevada se produjo en Canadá, donde el año pasado hizo 2,2 grados de media más de lo normal entre 1979 y 2022.
En cambio, Nueva Caledonia -territorio de ultramar perteneciente a Francia y ubicado en el Pacífico sur- fue el único territorio analizado que experimentó temperaturas ligeramente inferiores a la media, con 0,06 grados menos.
Por otro lado, el calor récord en todo el mundo impactó profundamente el ciclo global del agua en 2023, lo que contribuyó a tormentas severas, inundaciones, sequías e incendios forestales.
“Olas de calor sin precedentes azotaron todo el mundo en 2023, rompiendo récords anteriores, desde Canadá hasta Brasil y desde España hasta Tailandia”, apuntó Albert Van Dijk, profesor de la Universidad Nacional de Australia y presidente del Global Water Monitor Consortium.
COMBUSTIBLES FÓSILES
Van Dijk subraya la influencia de la “quema persistente de combustibles fósiles” en los desastres naturales, los recursos hídricos, la biodiversidad y la seguridad alimentaria.
“La falta de precipitaciones y las altas temperaturas exacerbaron las sequías de varios años en América del Sur, el Cuerno de África y alrededor del Mediterráneo”, destaca.
Van Dijk añade: “Las condiciones extremadamente cálidas y secas provocaron grandes daños ecológicos en los bosques más grandes del mundo. Grandes incendios forestales asolaron Canadá durante el verano del norte, mientras que la selva amazónica y los ríos descendieron rápidamente a una grave sequía a finales de 2023”.
Algunos de los peores desastres de 2023 estuvieron relacionados con ciclones inusualmente fuertes que provocaron precipitaciones extremas en Nueva Zelanda, Mozambique, Malaui, Myanmar, Grecia, Libia y Australia.
Según Van Dijk, el aumento de la temperatura de la superficie del mar y del aire causado por la quema de combustibles fósiles ha intensificado la fuerza y la intensidad de las precipitaciones de los monzones, ciclones y otros sistemas de tormentas.
“En 2023, vimos cómo los ciclones se comportaban de maneras inesperadas y mortales. El ciclón más longevo jamás registrado azotó el sudeste de África durante semanas”, recuerda, antes de agregar: “Las temperaturas más cálidas del mar alimentaron esos comportamientos anormales, y podemos esperar ver más eventos extremos de este tipo en el futuro”.
En las últimas dos décadas se ha producido un aumento de la temperatura del aire y una disminución de la humedad del aire, lo que ha provocado más estrés por calor y mayores necesidades de agua para las personas, los cultivos y los ecosistemas, al tiempo que se han intensificado las sequías.
La humedad relativa del aire sobre la superficie terrestre mundial en 2023 fue la segunda más seca registrada, solo por detrás de la de 2021, lo que continuó una tendencia hacia condiciones más secas y extremas.
“Los acontecimientos de 2023 muestran cómo el cambio climático en curso está amenazando a nuestro planeta y a más vidas cada año que pasa”, sentencia Van Dijk.
“A nivel mundial, estamos viendo un aumento en la frecuencia e intensidad de las precipitaciones y las inundaciones de los ríos. Pero al mismo tiempo, también hay sequías más frecuentes y de desarrollo más rápido o ‘sequías repentinas’”, recalca Van Dijk, lo que puede provocar “pérdidas de cosechas e incendios forestales destructivos en cuestión de semanas o meses”.
RESUMEN DE 2023
El año 2023 comenzó con fuertes lluvias e inundaciones en Filipinas y el oeste de Estados Unidos. En febrero, sistemas de tormentas ciclónicas azotaron Madagascar, Malaui y Mozambique en el sureste de África, mientras que fuertes lluvias provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra en el sureste de Brasil.
En abril, el sudeste asiático se vio afectado por una ola de calor a gran escala, seguida por el ciclón Mocha en Myanmar.
La primera mitad del año también se caracterizó por condiciones extremadamente secas en el norte de Argentina y regiones cercanas y en el suroeste de Europa.
En mayo, condiciones secas sin precedentes en el norte de Italia terminaron abruptamente con fuertes lluvias e inundaciones.
Una temporada extremadamente húmeda en Corea del Sur, India y Pakistán provocó deslizamientos de tierra e inundaciones entre junio y agosto, mientras que condiciones muy secas y calurosas provocaron una actividad récord de incendios forestales en Canadá.
A partir de julio, condiciones muy secas y cálidas recurrentes en toda América del Sur provocaron una sequía que se desarrolló rápidamente en la cuenca del Amazonas y que se intensificó durante la segunda mitad del año.
En septiembre, un ciclón mediterráneo o ‘medicane’ provocó fuertes lluvias en Grecia y provocó la falla de embalses en Libia, matando a miles de personas. En noviembre, varios años de sequía cada vez más profunda en Somalia fueron interrumpidos por fuertes lluvias e inundaciones, mientras que el cercano Sudán del Sur siguió sufriendo en gran medida la sequía.
Las últimas semanas de 2023 trajeron fuertes sistemas de tormentas con intensas lluvias e inundaciones en la costa noreste de Australia.
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