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La presencia de plantas invasoras en el Mediterráneo se ve facilitada por la actividad humana, de acuerdo con una investigación

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Investigadores llaman a promover acciones preventivas y conservar el medio natural

BARCELONA, 12 (EUROPA PRESS)

Un estudio de la Universitat de Barcelona (UB) ha alertado de que las actividades humanas facilitan la colonización de plantas invasoras en los ecosistemas mediterráneos, y que “solo las acciones preventivas y la conservación del medio natural podrán evitar” esta situación.

La investigación, publicada en la revista ‘Trends in Plant Science’, se centra en los géneros Carpobrotus, Acacia, Agave y Opuntia, y ha revelado cuáles son las “estrategias sofisticadas” de las plantas invasoras para colonizar nuevas áreas y desplazar a la flora autóctona, informa la UB en un comunicado este viernes.

“El caso más paradigmático” es el género Carpobrotus, que integra a varias especies de plantas y algunas ya son capaces de formar híbridos adaptados a los hábitats mediterráneos que pueden colonizar áreas como el litoral de las costas catalanas.

“Son plantas muy resistentes a las cambiantes condiciones asociadas al cambio climático y muestran una combinación perfecta de reproducción clonal y sexual para poder colonizar nuevos espacios con gran rapidez”, y destacan su capacidad de formar bancos de semillas que permanecen enterrados durante años.

Por otro lado, el género Opuntia se puede encontrar en todo el litoral del Alt Empordà (Girona) y del sur de Francia “entre otros muchos lugares con hábitats fragmentados, que son los espacios más susceptibles de ser colonizados por plantas invasoras”.

CAUSADAS POR LOS HUMANOS

Los investigadores apuntan a que estas invasiones biológicas han sido causadas por los humanos, “creando una gran presión de propágulo –número de semillas o componentes vegetales que llegan a un área determinada– en estos hábitats fragmentados”.

Todas estas áreas se caracterizan por la huella que ha dejado allí el ser humano, con actividades como la jardinería, el urbanismo y el turismo, que “terminan fragmentando los hábitats naturales y facilitan la introducción de nuevas especies que después se adaptan de forma extraordinaria”.


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