MADRID, 11 (SERVIMEDIA)
Las personas que cuidan a quienes padecen alzhéimer tienen más probabilidades de sufrir depresión, según señaló la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (Ceafa) con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Depresión, que se conmemora cada 13 de enero.
Ceafa quiere sensibilizar y concienciar sobre esta patología que afecta aproximadamente a 2,1 millones de personas en España y 280 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“A menudo, el impacto que supone la comunicación del diagnóstico en la unidad familiar requiere de un proceso de ajuste progresivo y constante. En esta evolución, es habitual la aparición de emociones como miedo, estrés, enfado o ansiedad en el entorno más cercano”, afirman desde Ceafa.
La salud emocional y su desgaste es una de las grandes preocupaciones de la sociedad en la que cuatro de cada diez personas en España valoran de forma negativa su salud mental. El bienestar emocional de una persona está estrechamente relacionado con las circunstancias que la rodean y las situaciones que atraviesa. En este sentido, “a medida que la enfermedad de Alzheimer avanza, las personas cuidadoras deben adaptarse a cambios tanto del paciente como de las habilidades que se requieren para cuidarlo, lo que afecta significativamente a su estilo de vida, no siendo extraño que sufran un alto nivel de tensión”, apunta la entidad.
En la relación del alzhéimer y la depresión también hay que tener en cuenta el impacto de la noticia en los hijos cuando el diagnóstico se produce en edad temprana. Con frecuencia, la negación suele ser la principal reacción, pero tras ella llegan emociones nuevas como tristeza, frustración o ansiedad; además de cambios en la relación familiar y sus dinámicas a medida que la enfermedad avanza; reducción del tiempo personal y dedicación al cuidado; aumento de la responsabilidad en el cuidado; pero también la preocupación por la posibilidad de riesgo genético o presión financiera en la familia.
Para sobrellevar todo ello, el apoyo psicológico es clave. “Los profesionales de la psicología son un pilar fundamental en el que los familiares de los pacientes pueden apoyarse durante el proceso de adaptación y en el avance personal ante el desarrollo de la enfermedad de un modo adecuado y gestionando un progreso individual”, indicó Ceafa.
Por último, desde Ceafa reivindican la necesidad de que se implemente la estrategia de salud mental y se dote de más profesionales que puedan atender a las personas afectadas. Además, recuerdan que las asociaciones de familiares de personas con alzhéimer desempeñan un papel esencial en el abordaje integral del alzhéimer y otras demencias a lo largo de todo el proceso de la enfermedad. “Su labor comienza en el momento del diagnóstico y continúa a lo largo de la vida del paciente junto a la familia afectada”, destacan.
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