MADRID, 04 (SERVIMEDIA)
Mari Luz Sarmiento perdió la visión al poco de nacer pero a lo que nunca renunció es a jugar con sus hijas y sus nietos. Aunque para ello tuvo que encargarse en el pasado de “marcar manualmente punto por punto cada carta”. “Ahora es un lujazo disponer de barajas adaptadas en braille”, reconoce. Juegos que están a la mano y al tacto de todos.
El Servicio Bibliográfico ONCE (SBO) es el lugar donde se adapta en braille, en relieve y en audio, todos los textos que necesitan las personas ciegas o con baja visión para instruirse, y de este modo, favorecer su inserción social y laboral. Resulta lógico, por tanto, que además de libros se adapten otro tipo de documentos como apuntes para estudiantes, exámenes, artículos, hasta planos y mapas.
Pero no todo en la vida es cultivarse. El ocio también es importante. “A las personas ciegas nos encanta jugar y además tener como contrincantes a personas que ven”, asevera la responsable del Servicio Bibliográfico ONCE, Carmen Bayarri, en una entrevista a Servimedia. De ahí la importancia de la accesibilidad de los juegos recreativos para las personas con discapacidad visual y ceguera.
UN JUEGO PARA TODOS
“A mí encanta jugar al ajedrez, al parchís, a la oca… Un día mi hija me dijo que quería echar una partida al ‘Virus’, un juego de cartas que no estaba adaptado y ahí empezó todo”. Este contagioso juego de cartas ha vendido más de un millón de copias en todo el mundo, así que desde la ONCE “decidimos adaptarlo dentro del marco de la Comisión Braille Española cuya función es promocionar y visibilizar el braille”, señala Bayarri.
Con el objeto de dar respuesta a esa necesidad, el Servicio Bibliográfico de la ONCE ha adaptado el popular juego y ha creado un ‘pack’ en el que se incluye la caja original con sus 70 cartas marcadas en braille en las esquinas superior izquierda e inferior derecha. Pero, además, incorpora un separador para que el manejo sea más cómodo.
Mari Luz Sarmiento, una alicantina que perdió la vista por completo a los pocos meses de nacer, está “encantada con esta iniciativa” porque cuando sus hijas eran pequeñas “se las tenía que ingeniar para adaptar ella misma los juegos”. “Cuando salió al mercado el juego del ‘Uno’, las niñas me iban señalando cada carta y yo la marcaba manualmente en braille; o a las piezas del dominó les ponía un dibujito con una máquina etiquetadora”, rememora.
Afortunadamente, el escenario ha cambiado. Bayarri refiere que “la ONCE ha adaptado desde la década de los 70 la baraja de naipes española, la de póker, o el tarot”. En la actualidad los avances tecnológicos permiten mejoras en la adaptabilidad de los juegos. Así, tanto desde el Servicio Bibliográfico ONCE como, en ocasiones, desde el Centro de Tiflotecnología e Innovación (CTI) se trabaja para facilitar la dinámica de cada recreativo.
PASO A PASO, PUNTO A PUNTO
Este jueves, que se conmemora el Día Mundial del Braille, Carmen Bayarri reflexiona y se sorprende de que “tan sólo hayan trascurrido dos siglos” desde que Luis Braille dio a conocer este sistema para escribir palabras por medio de puntos. Reconoce que “aún queda mucho por hacer” pero también es consciente de que “hay que ir pasito a pasito”.
Precisamente, la ONCE creó en 1984 la Comisión Braille Española (CBE) que viene a ser como la Real Academia Española (RAE) del braille. La institución que fija las normas de uso de este sistema de lectoescritura. Los miembros de la CBE son los que asesoran a las empresas acerca de la inclusión del braille, por ejemplo, en el etiquetado de los productos, “una de las batallas” del colectivo de personas ciegas.
Bayarri se lamenta de “la ausencia de etiquetas en braille en los envases de tetrabrik” porque para una persona ciega “todos son iguales al tacto”. Recuerda, con cierta ironía, que no es la primera vez que ha echado “un chorrito de zumo de naranja al café”, o que, por ejemplo, “ha abierto tres latas de mejillones hasta dar con la de berberechos. Para ella todas son redondas e iguales si no llevan un código en braille. “Gracias al etiquetado vamos a poder ser un poquito más autónomos”, afirma con contundencia.
En la actualidad, el uso del braille resulta ya habitual en colegios y universidades. La ley establece que los envases de los medicamentos lleven descripción en braille. Incluso es frecuente encontrar este sistema de lectoescritura en algunas cartas de restaurantes y en las botoneras de los ascensores. Ahora también en uno de los juegos de mesa más virales del mundo, el ‘Virus’.
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