MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
Las personas ciegas, con motivo de la celebración del Día Mundial del Braille este 4 de enero, han reivindicado la importancia del uso del código braille en su día a día, por ejemplo, con su inclusión en los envases.
“Para una persona ciega, que un envase de tetrabrik contenga una etiqueta en braille supone que pueda diferenciar si ese envase contiene leche, zumo o caldo de pollo. Puede que sea un detalle insignificante para la mayoría, pero es la diferencia entre ser autónomos o no serlo, ya que sin algo tan esencial como la inclusión del código braille en los envases dependeremos eternamente de alguien para saber qué productos utilizamos”, ha señalado la jefa de la Unidad de Braille de la ONCE, Marina Rojas.
El Día Mundial del Braille es una fecha elegida con el fin de generar mayor conciencia sobre su importancia para millones de personas ciegas o con discapacidad visual grave en todo el mundo. Tanto es así que este sistema de lectoescritura marca la diferencia entre la inclusión y la exclusión, al ser para muchas de estas personas el medio de acceder a la información y a múltiples tareas cotidianas del día a día.
“Durante muchos años y aún a día de hoy se tiene la idea de que el braille es algo obsoleto, pasado de moda o que resulta tan lento y tortuoso que no sirve para nada. Pero gracias a él, y combinado con el uso de la tecnología, muchas personas trabajamos a diario con dispositivos como teclados, anotadores o líneas braille, podemos diferenciar el color de una prenda al vestirnos o divertirnos con juegos de mesa con familiares y amigos”, dice Marina Rojas.
La ONU proclamó en 2019 Día Mundial del Braille el 4 de enero, nacimiento de Louis Braille (1809-1852) creador de este sistema de lectoescritura que hoy utilizan 285 millones de personas ciegas en todo el mundo. Son seis puntos que, con 64 combinaciones, se usan para componer letras y números, escribir en cualquier idioma, leer partituras o anotar partidas de ajedrez.
Desde la ONCE se impulsa el uso del braille con el objetivo de que los afiliados a la Organización y el resto de la ciudadanía puedan conocer y disfrutar de este código de lectoescritura desde todos sus ámbitos: educativo, cultural, el uso del braille en la vida cotidiana, en el ocio y en muchas otras vertientes.
El conocimiento y el uso del braille es ya habitual en colegios y universidades, y está presente en envases de productos alimenticios y de medicamentos, botoneras de ascensor, cartas de restaurantes, etc., lo que supone “una gran mejora en la vida cotidiana de las personas ciegas o con baja visión”.
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