MADRID, 20 (SERVIMEDIA)
La vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz, declaró este lunes que el nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez es la “continuidad” de “un Gobierno que, desde luego, ha sido nefasto para Madrid” y que “nace con unos pactos de la vergüenza”.
Sanz cargó duramente contra el nuevo equipo de Gobierno tras poner la primera piedra de dos nuevas promociones de viviendas en la zona de Latina.
La vicealcaldesa afirmó que el nuevo equipo de Gobierno nace “arrodillado ante el independentismo golpista”. Asimismo, hizo una valoración sobre la continuidad de Fernando Grande-Marlaska en Interior, que es lo más cercano a su área, la de Seguridad y Emergencias. En ese sentido, manifestó que “Marlaska ha sido, seguramente, el peor ministro del Interior que ha tenido este país en democracia” y que, por tanto, “no es una buena noticia para los madrileños y no es una buena noticia para los españoles”.
Sobre este tema también subrayó que desde el Ayuntamiento seguirán “peleando” con el Ministerior del Interior para que “Madrid tenga el número de policías que necesita”, ya que hasta ahora, según Sanz, Marlaska “no ha hecho nada” y “no ha contestado a los requerimientos” que se le han hecho. Por todo ello, insistió en que no puede ser “muy optimista” en este ámbito.
SANIDAD
Sanz también fue preguntada por la incorporación de Mónica García al Ejecutivo como ministra de Sanidad y señaló que no le parece que “sea lo más adecuado para la sanidad de España”.
“Ya sabemos cuál ha sido la política de Mónica García a lo largo de estos años en la Comunidad de Madrid, de oposición frontal a todo lo que aquí ocurría cuando tenemos el mejor sistema sanitario de España, supongo que va a seguir aprovechando en este caso su cargo para seguir atacando a la Comunidad de Madrid”, lamentó.
La dirigente madrileña también criticó a la Delegación del Gobierno en Madrid por cifrar en 170.000 los asistentes a la manifestación en contra de la amnistía el pasado sábado en Madrid. Sobre esto explicó que le parece “preocupante que las instituciones pierdan credibilidad” y que las cifras “no tienen absolutamente nada que ver con la realidad”
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