PALMA, 29 (EUROPA PRESS)
El arquitecto Carlos García-Delgado ha repasado las raíces musulmanas de Palma en el pregón de la Festa de l’Estendard, en el que ha aprovechado para hacer un recorrido por la Medina Mayurqa de 1229 que se encontró Jaume I.
Durante el pregón, que se ha anunciado este viernes en el salón de sesiones del Ayuntamiento de Palma, García-Delgado ha recordado que la Festa de l’Estendard, “una fiesta de vencedores”, conmemora la llegada de las tropas de la Corona de Aragón de Jaume I, que asaltaron la ciudad de Medina Mayurqa el 31 de diciembre de 1229.
Asimismo, ha querido hacer un recordatorio de la ciudad para “rendir homenaje a los mallorquines que la noche de ese 31 de diciembre defendieron Medina Mayurqa y murieron por defenderla”.
El pregonero se ha centrado en cómo era la ciudad antes del asalto, recordando que ya se ubicaba en el interior del semicírculo hoy comprendido por las Avenidas y el Paseo Marítimo, así como la muralla que recorría más de un kilómetro.
Ha comenzado haciendo referencia a una cita de Jaume I del ‘Llibre dels Feits’ en la que al llegar a Madina-Mayurca manifestaba que era “la ciudad más bella nunca vista”. Así pues, el pregonero se ha preguntado cómo era esa ciudad, describiendo las casas bajas con paredes de tierra, las calles estrechas y sin salida, los árboles fruteros, los pescadores y las mezquitas, entre otros.
En esta línea, García-Delgado ha explicado que al menos había 18 mezquitas en la ciudad, pero que seguramente eran muchas más. También ha hecho referencia a las plazas, que eran pocas, en las que se ubicaban los mercados.
El arquitecto ha hablado también del torrente Exekin que recorría lo que ahora es Via Roma, la Rambla, calle Unió, el Borne y hasta desembocar en el Paseo Antoni Maura, que en ese momento era mar.
“Toda la ciudad es un laberinto infinito, cargado de misterios y emociones”, ha recitado García-Delgado en el pregón, que ha concluido con una explicación de la implicación que tenían los sentidos en la ciudad. El de la vista es el que fascinó a Jaume I al llegar, el del tacto hace referencia a la tierra, el sonido representa el mar y, por último, el olor de curtidores y especies aromáticas.
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