MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El informe del despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo recoge un total de 1.302 denuncias de casos de abusos sexuales acaecidos en el seno de la Iglesia católica española y “un mínimo de 2.056 víctimas”. Así lo refleja la última versión del informe ‘Para dar luz’, publicado este jueves 21 de diciembre por la Conferencia Episcopal Española (CEE), que no ha hecho pública en su totalidad esta auditoría.
Fuentes de la Conferencia Episcopal consultadas por Europa Press han precisado que tras analizar todos los estudios disponibles sobre abusos sexuales en la Iglesia Católica en España, estiman que se han testimoniado en total menos de 1.000 casos, precisando que no se puede conocer exactamente el número total de víctimas y que todos los casos testimoniados no son todos los que existen dado que hay víctimas que han fallecido y otras que han preferido no revelar los hechos.
Las fechas de comisión de los abusos en el Informe Cremades abarcan desde el año 1905 a la actualidad, mientras que la Conferencia Episcopal Española indica que los casos se registran, por una cuestión de “biología”, desde la década de los 40 hasta la actualidad, con una mayor parte de abusos denunciados entre la mitad de la década de los 60 hasta mitad de la década de los 80, cuando empiezan a declinar.
La auditoría de Cremades recoge en principio un total de 1.383 denuncias, “siendo indeterminado el número de personas victimarias”. Sin embargo, el análisis de la totalidad de los grupos analizados les lleva a afirmar que el número total de denuncias con arreglo a la metodología indicada asciende a 1.302 denuncias.
No obstante, fuentes de la CEE también han advertido de que se ha detectado una duplicidad en esta auditoría externa de unos 300 casos reportados por el Vaticano que Cremades ha sumado al listado pero que han sido remitidos a la Santa Sede por las distintas diócesis, por lo que ya estarían contabilizados.
En cuanto al número de víctimas, el informe Cremades apunta que de las denuncias se deducen 1.599 y añade que en 277 denuncias recibidas el número es “indeterminado” y en otras 180 no consta, por lo que deduce un mínimo de 2.056 víctimas, aunque precisa que “es objetivamente evidente que el número es superior”.
Sin embargo, en su informe ‘Par dar Luz’ los obispos insisten en que la diversa metodología empleada en los diferentes estudios hace que resulte muy probable la existencia de casos que se han incorporado a los mismos, dos, tres o incluso cuatro veces. “Conocer cada caso, es conocer cada persona, cada historia, cada sufrimiento, y este ha sido el empeño del informe Para dar Luz”, asegura.
En cuanto al perfil de las víctimas, el estudio Cremades revela que son en su mayoría hombres, que sufrieron los abusos en colegios y seminarios menores y mayores, por parte de un sacerdote, religioso, profesor responsable académico del menor (en el 99 por ciento de los casos), aunque también se encuentran casos de celadores, responsables de administración, responsables de actividades extraescolares o catequistas.
Sobre el tipo de abuso cometido, es mayoritariamente “abuso” y se señala que la gravedad de los hechos impide a las víctimas relatar lo acaecido resaltando que el término “abusos o tocamientos” abarca una realidad muy heterogénea.
Entre las recomendaciones de Cremades, se plantea el establecimiento de una Comisión Independiente para la reparación integral de las víctimas, que incluya la exigencia de una responsabilidad penal de la persona victimaria, donde la reparación sea acordada con la víctima.
Mientras, en la última versión del informe ‘Para dar luz’, los obispos han registrado un total 806 casos, de los cuales consideran probados 205; no probados pero verosímiles, 70; no probados, 280; en investigación o pendientes de resolución, 75; archivados por prescripción o fallecimiento del denunciado, 13; con denuncias falsas, 3; y casos excluidos por referirse a mayores de edad, 24.
Por su parte, el informe del Defensor del Pueblo, presentado el pasado mes de octubre, registró un total de 487 víctimas que habían denunciado ante la institución y acompañó sus testimonios de una encuesta que estimaba en un 0,6% las personas afectadas por abusos sexuales en la Iglesia.
Según los obispos, el informe ‘Para dar luz’ es el “documento más completo” de los publicados hasta la fecha, pues ofrece un estudio histórico de la situación de los abusos sexuales en la sociedad y en la Iglesia, un estudio detallado de las denuncias recibidas; un análisis crítico de las medidas adoptadas por la Iglesia Católica en España y una recopilación de las Observaciones y Recomendaciones recibidas y que la Conferencia está estudiando para integrar en su Plan de Reparación Integral a las Víctimas de Abusos.
Además de apoyarse en esos datos recabados en los organismos de la CEE, este informe recoge las aportaciones del resto estudios realizados hasta la fecha sobre los abusos sexuales cometidos contra menores, tanto en la Iglesia como en la sociedad.
“Se trata de ofrecer una mirada complexiva a una realidad dolorosa que ha hecho y hace sufrir a tantas personas e instituciones. Una parte fundamental de este estudio se apoya en la auditoría legal e institucional entregada el pasado día 16 de diciembre por el despacho Cremades & Calvo Sotelo y en sus avances ofrecidos con anterioridad. Además, se han estudiado e incorporado las aportaciones más relevantes del informe presentado por el Defensor del Pueblo el pasado mes de octubre”, añade.
Por otra parte, la CEE remarca que para conocer la realidad de los abusos en la sociedad, se han utilizado datos ofrecidos por el Ministerio fiscal, por el Ministerio del Interior, por la Fundación ANAR y por la ONG Save the Children, así como datos de diversas investigaciones sociológicas realizadas en el ámbito académico sobre los abusos sexuales.
Finalmente, los obispos precisan que la recepción de la auditoría legal de Cremades & Calvo Sotelo y la publicación de esta última edición no supone un punto y final. “‘Para dar Luz’ es un informe vivo, que seguirá recogiendo datos, documentos, informes y publicando sus conclusiones. Lo hasta aquí presentado supone ya una luz en el mundo oscuro de los abusos sexuales a menores, pero siempre quedará trabajo por hacer”, concluye.
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