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Asaja advierte de la “drástica disminución” de la facturación agrícola a niveles de una década atrás

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MÁLAGA, 21 (EUROPA PRESS)

El presidente de Asaja Málaga, Baldomero Bellido, ha presentado este jueves el Balance Agrario de la provincia de Málaga de 2023 que viene marcado por “una estrepitosa caída” en la facturación en el sector, “marcando un descenso de 50,5 millones de euros con respecto a 2022, que ya era la menor de los diez años anteriores” y con la sequía como el factor principal que lleva a ese “debacle”.

El sector, que facturó 701,55 millones de euros en 2022, experimenta “un declive” del 7,20%, situándose en 651,04 millones en 2023, han señalado en la presentación, en la que han indicado que la provincia sigue “con los mismos problemas que en la campaña anterior, en la que la ausencia de lluvias y la falta de infraestructuras para almacenar la poca reserva que tenemos, siguen siendo dos de los principales obstáculos para los agricultores y ganaderos”.

Por ello, han señalado que han participado “en todos los procesos de elaboración del tercer ciclo de planificación hidrológica, reivindicando todas las deficiencias que encontrábamos y los olvidos de planificaciones anteriores, aunque bien hay que decir que nuestras alegaciones no han sido todas aceptadas”.

Según han indicado, la clave de este descenso en facturación en la agricultura “es, sobre todo, la ausencia de este elemento tan importante como es el agua, tanto de lluvia como la almacenada”, apuntando, además, a que “los insostenibles incrementos de los costes de producción ahogan a los productores –inputs agrarios, especialmente gasoil, abonos, piensos y maquinaria–“.

Al respecto, han indicado que los productores ven “que hacer su trabajo les cuesta más dinero del que reciben por su venta, a pesar de la elevación de los precios de muchos productos, derivando en una situación insostenible”.

Por otro lado, la falta de control en fronteras y los productos que llegan desde terceros países suponen, en muchos casos, “una competencia desleal que nos impide competir en igualdad de condiciones”.

Respecto a la nueva PAC, han indicado que “al contrario de lo que nos querían vender desde el Ministerio de Agricultura, nos hemos encontrado con un sistema plagado de obligaciones, en muchos casos imposibles de cumplir, que a día de hoy no vienen ni impuestos desde la Unión Europea, y además, los agricultores y ganaderos no recibimos ningún beneficio por ello”.

“El ministerio ha castigado a Málaga y Andalucía, sin tener en cuenta la importancia agrícola de nuestro territorio”, han asegurado, al tiempo que han criticado que el sector “no para de recibir ataques con publicación de normativa siempre redactada desde la frialdad de los despachos sin conocer la realidad”.

“Los niveles de facturación agraria de Málaga descienden, incrementando el desastre de la campaña pasada y aún más debido al descenso de la cuantía de las ayudas de la PAC. La falta de agua afecta a la facturación, al empleo en las zonas rurales y no auguran un escenario apropiado, trabajándose por debajo de los costes de producción con pérdidas, lo que provoca el abandono de explotaciones, dificulta el relevo generacional y el futuro de lo que era la pujante agricultura malagueña”, han resumido.

LOS DATOS

Esa caída en la facturación unida al descenso de las ayudas “suman 67 millones de euros menos que dejan de pasar por delante de los agricultores y ganaderos malagueños”.

La agricultura, con una cifra de 508,09 millones de euros, presenta un descenso de 65,55 millones respecto a 2022. La ganadería, con una facturación de 142,95 millones de euros, registra un incremento de un 12,41% respecto a 2022.

El olivar sigue siendo el cultivo mayoritario de la provincia con más de 135.000 hectáreas. En el caso del aceite de oliva, este año se da “la campaña más baja del siglo con una producción de 30.316 toneladas”, apuntando que hay que trasladarse a 2003 para encontrar una cifra similar. Por otro lado, el precio ha aumentado un 78,21%, de 3,35 euros/kilo a 5,97, “provocando este precio récord evitar un caos de la facturación”. En cuanto a la aceituna de mesa, la producción desciende a 50.526 toneladas, mientras que el precio se ha incrementado ligeramente.

Los cultivos hortícolas y tubérculos han incrementado su facturación en un 1,44%, alcanzando los 142,29 millones de euros, lo que supone un estancamiento con un aumento de 2,3 millones de euros. En el caso del tomate, desciende la facturación un 17,84%, lo que se traduce en que se facturan 7,36 millones de euros menos.

El pimiento se mantiene estable, con un descenso de producción de un 5,55%; mientras que la alcachofa sube su facturación un 3,56%, que suponen 0,22 millones de euros más que el año pasado. El cultivo de judías verdes, que remontó en 2022, tiene este 2023 “el peor año de la serie”, con un descenso de 3,90 millones de euros. La patata baja su facturación el 12% hasta colocarse en 8,40 millones.

Los cultivos tropicales han generado una facturación de 85,08 millones de euros, por lo que esta se ve reducida de forma “notable”, con un descenso del 18,3% respecto a 2022. Respecto al aguacate, “a pesar de que el inicio de la campaña parecía esperanzador, se ha saldado con un 30% menos de producción, 26.600 toneladas, debido a la situación de sequía, lo que revierte en una bajada en la facturación de un 11,54%, situándonos en niveles de hace diez años, con un total de 67,56 millones de euros”.

En cuanto al mango, desciende la producción “de forma drástica”, han dicho, un 75,7% menos, recogiéndose unos ocho millones de kilos, mientras que la facturación cae hasta los 14,40 millones de euros.

Los cítricos malagueños “han vivido nuevamente una campaña que se puede catalogar como ruina absoluta, por problemas en los lineales y entradas de productos de terceros países”, con un descenso en la producción de un 18%.

La naranja se sitúa en una facturación de 15,40 millones de euros. Por su parte, los pequeños cítricos suben su facturación hasta los 7,02 millones. El limón es el gran perjudicado, cayendo su producción un 33%, “su facturación cae hasta 14,8 millones de euros”.

El almendro vuelve a descender en su facturación hasta situarse en los 3,59 millones de euros, un 14% menos que la pasada campaña; mientras que la castaña se sitúa en 0,80 millones de euros, con una producción de apenas 400 toneladas, “provocado por enfermedades, plagas y sequía”, por lo que Asaja considera que el cultivo “ha entrado en una situación crítica y con pocos visos de solución”. Han indicado que el viñedo “vive el peor año de la serie”, con una facturación total que se sitúa en 2,15 millones de euros.

Por otra parte, en los cultivos herbáceos la facturación total de desciende hasta los 11,77 millones de euros, un 71% menos que el año anterior; apuntando desde Asaja que “muchos agricultores optaron por henificar sus cereales sin llegar a meter la cosechadora”.

GANADERÍA

En cuanto a la ganadería y en concreto el porcino blanco, este año sube un 3,78% la facturación respecto a 2022, o lo que es lo mismo, 56,29 millones de euros en facturación. En el porcino ibérico la subida se sitúa en el 4,70%, lo que supone 1,78 millones de euros.

En el ganado caprino se da un descenso de 5.434 cabezas, que unidas a las 10.261 de 2022, “supone un 9,5% de bajada del censo en dos años”.

La leche de cabra, con 49,6 millones de euros de facturación, frente a los 39,12 millones de euros de 2022, ha tenido un importante incremento, no por la cantidad sino por el precio de la leche. La carne de chivo sigue sin recuperación, con una facturación de 6,05 millones de euros.

El vacuno se sitúa en 5.314 cabezas, con una facturación de 6,20 millones de euros y la avicultura ha experimentado una subida de precio en carne de ave y descenso en huevos. La facturación global es de 12,93 millones de euros.


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