LOGROÑO, 21 (EUROPA PRESS)
Bodegas Familiares de Rioja lamenta que la organización bodeguera dominante del Consejo Regulador, el Grupo Rioja, “haya decidido esperar al abandono de las pequeñas y medianas bodegas del órgano de gestión para reformar la figura de los vinos de pueblo de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja”.
En este sentido, la asociación, a través de un comunicado, recuerda que, “desde la aprobación de la posibilidad de indicación de los municipios en el año 2017, reclamó, de forma insistente, que se pudiera indicar en las etiquetas, siempre que hubiera trazabilidad del origen de las uvas, la mención del pueblo del que procedían independientemente de si la bodega estaba ubicada en el mismo municipio o en otro”.
“La respuesta fue siempre no, pese a que la figura del vino de pueblo en cualquier zona vitícola del mundo se refiere al origen de las uvas y no al de los ladrillos, e incluso se nos llegó a pedir que, si queríamos tal cambio, debíamos negociar con las cooperativas un aumento de los rendimientos amparados y excedentarios”, ha recordado Eduardo Hernáiz, presidente de la Asociación de Bodegas Familiares de Rioja.
“Lamentamos que se haya esperado a nuestra salida del Consejo -continúa- para modificar esta figura y lamentamos también que la propuesta de la organización mayoritaria en lugar de aclarar las cosas vaya a generar todavía más confusión al consumidor”.
En este sentido, el planteamiento de Grupo Rioja supondría indicar ‘Vino de…’ para aquellas bodegas que tengan viñedo y bodega en el mismo pueblo y ‘Viñedo en…’ para aquellas que tengan el viñedo en un pueblo y la bodega en otro: “Es un disparate, como lo fue en su día permitir indicar también en el etiquetado Bodega en…, porque lo único que se va a conseguir es confundir aún más a los consumidores”.
Bodegas Familiares exige además que “se aclare si la medida propuesta va a ser retroactiva porque somos conocedores de que ya hay etiquetas en los mercados que hacen mención a los pueblos, de añadas anteriores a esta última, y desconocemos sin con la trazabilidad necesaria y exigida para poder indicar el pueblo del que supuestamente proceden”.
En todo caso, reclamamos a Grupo Rioja que reconsidere su propuesta: “Si ha habido que esperar a nuestra marcha para mover ficha, lo aceptamos, pero, al menos, que se hagan las cosas bien y no se confunda aún más al consumidor en algo tan sencillo como poder decir la verdad en los etiquetados, siempre que esté trazado el origen real de las uvas por el Consejo Regulador.
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