MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Irán ha convocado al encargado de negocios de Suecia para protestar por la confirmación de la condena a cadena perpetua contra un exfuncionario iraní por su papel en la tortura y ejecución masiva de opositores en 1988 en una cárcel de la ciudad de Karaj, situada en los alrededores de la capital, Teherán.
“El tribunal sueco ha tomado el camino equivocado durante la vista de este caso inventado y falso, al presentar acusaciones falsas, sin tener en cuenta los criterios del proceso judicial”, reza un comunicado del Ministerio de Exteriores iraní, que apunta a que “se reserva el derecho a tomar las medidas adecuadas”.
La oficina de Europa Occidental de dicha cartera ha señalado que “es lamentable” que un “tribunal con estándares mínimos de procedimientos justos” tenga en cuenta “las falsas afirmaciones de individuos y grupos que han cometido los más atroces actos terroristas y antihumanos contra el pueblo de Irán, Irak y Europa durante décadas”.
Nuri, detenido en 2019 por las autoridades suecas, fue sentenciado en verano de 2022 –pena confirmada el martes por un segundo tribunal– por su responsabilidad en delitos relacionados con las ejecuciones de presos políticos iraníes en 1988, que se llevaron a cabo durante varios meses y dejaron miles de muertos, en medio de la guerra entre Irán e Irak (1980-1988).
Las ejecuciones de 1988 fueron llevadas a cabo en decenas de prisiones del país tras una orden del entonces líder supremo de Irán, el ayatolá Ruholá Jomeini. La mayoría de las víctimas eran miembros o seguidores de la Organización de los Muyahidín del Pueblo de Irán (PMOI), si bien también fueron ajusticiados miembros de partidos izquierdistas como Tudeh.
El PMOI, que participó activamente en la revolución que derrocó al sah Reza Pahlevi con un discurso islamista mezclado con una adaptación de la ideología marxista, combatió del lado del régimen de Sadam Hussein en la guerra con Irán entre 1980 y 1988 tras denunciar las acciones de la cúpula religiosa instaurada por los ayatolás.
El grupo fue perseguido por las autoridades religiosas instauradas en Irán, lo que llevó al entonces líder del grupo, Masud Rajavi, a alcanzar en 1986 un pacto con Hussein en plena guerra entre ambos, uno de los desencadenantes de la orden de Jomeini para ajusticiar a miles de sus supuestos seguidores o miembros, en juicios denunciados por su falta de transparencia.
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