Alerta de “consecuencias dramáticas” en la producción agrícola por los enfrentamientos en Gezira, donde se cosechan toneladas de trigo
MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha advertido este miércoles de que la extensión del conflicto en Sudán a nuevas zonas del país pone en riesgo la entrega de ayuda humanitaria a los residentes y desplazados que se ven afectados por los enfrentamientos entre el Ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
El PMA se ha visto obligado a suspender temporalmente la ayuda en algunas partes del estado de Gezira, en el centro-este del país y zona de acogida de casi medio millón de desplazados, lo que supone “un importante revés para los esfuerzos humanitarios” del organismo que había estado brindado ayuda regularmente a más de 800.000 personas, incluidos civiles que huyeron de los combates en la capital, Jartum.
“Ya perdimos nuestros hogares en Jartum y vimos cómo destruían nuestras vidas ante nuestros ojos. Ahora nos vemos obligados a huir una vez más, dejando atrás lo poco que nos quedaba. Cientos de miles de personas huyen a pie, sin ningún lugar adonde ir. Estamos muy preocupados por los que vivieron los horrores en Jartum y ahora se encuentran atrapados en (la ciudad de) Wad Madani (capital del estado de Gezira) sin salida”, ha expresado el coordinador de emergencias local del PMA, Karim Abdelmoneim.
El director nacional de organismo, Eddie Rowe, ha aseverado que “un lugar de refugio se ha convertido ahora en un campo de batalla en una guerra que ya se ha cobrado un terrible número de víctimas entre los civiles”. Por ello, ha mostrado su compromiso a apoyar a los sudaneses “en su momento de mayor necesidad”, pero ha pedido que se garantice la seguridad de su personal e instalaciones y que las partes cumplan con el Derecho Internacional Humanitario “por el bien de los civiles inocentes que desesperadamente necesitan apoyo”.
Alrededor de 300.000 personas han huido en los últimos días del estado de Gezira, que es de donde proviene la mitad de todo el trigo producido en Sudán. La extensión del conflicto a esta zona, en un país en el que 18 millones de personas padecen inseguridad alimentaria aguda durante la temporada de cosecha, tendría “consecuencias dramáticas” sobre la producción agrícola y la disponibilidad de alimentos en los próximos meses.
“El granero de Sudán debe seguir funcionando para lo que fue diseñado: cultivar, no luchar. De lo contrario, podríamos ver una crisis de hambre aún más catastrófica a medida que comience la temporada de escasez de mayo de 2024”, ha explicado Rowe, según reza un comunicado del PMA.
Actualmente, Sudán ha cumplido más de ocho meses de conflicto entre el Ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), enfrentamientos que estallaron el 15 de abril tras las fuertes discrepancias sobre la integración del entonces grupo paramilitar –ahora declarado en rebeldía– en el seno de las Fuerzas Armadas, que hicieron descarrilar el proceso de transición abierto tras el derrocamiento de Omar Hasán Al Bashir después de 30 años de poder.
La guerra en Sudán ha devastado por completo el país y generado una de las mayores crisis humanitarias de tiempos recientes en África. El país suma, conflicto tras conflicto, casi siete millones de desplazados forzados y la última guerra se ha retroalimentado con un histórico conflicto intercomunitario en la región de Darfur, escenario, según ONG, de constantes atrocidades desde el estallido de la guerra.
- Te recomendamos -