Más de la mitad de los encuestados acabaron la educación secundaria y uno de cada diez tiene estudios universitarios
MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Un 51% de los progenitores de familias en riesgo de pobreza trabajan de forma remunerada y, a pesar de ello, tienen dificultades para llegar a fin de mes, según el estudio ‘Ser pobre en España’, realizado por Save the Children para el que se han encuestado a 1.170 familias que la organización atiende en España.
El retrato de 1.000 familias, presentado este miércoles, es la continuación del lanzado hace un año por la organización. En total, el actual estudio recoge datos de 2.440 niños de las seis comunidades autónomas donde la organización tiene programas destinados a la reducción de la pobreza: Andalucía, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana y País Vasco.
De este modo, los datos obtenidos reflejan que algo más de la mitad de los padres –el 53%– y las madres –55%– tienen estudios secundarios, aunque uno de cada tres no cuenta con estudios primarios como máximo. A su vez, uno de cada diez –un 9% de hombres y un 11% de mujeres– tienen estudios universitarios.
“Tradicionalmente, la educación era la base para que los hijos e hijas de familias con pocos ingresos pudieran salir de la pobreza; nos referíamos a ella como la clave para que funcionara el llamado ‘ascensor social’. Sin embargo, desde hace años comprobamos que no funciona como debería. Sin políticas públicas que apuesten decididamente por acabar con las barreras que impiden romper el círculo de la pobreza, seguiremos condenando a niños y niñas a esta situación”, ha asegurado en la presentación del informe el director general de Save the Children, Andrés Conde.
Según el actual estudio, el ‘retrato’ de una familia tipo es de una en la que, de media, hay dos menores de edad y mayoritariamente se encuentran al cuidado de su padre y su madre, aunque cuatro de cada diez son familias monomarentales. Asimismo, un tercio de los progenitores poseee un nivel de estudios bajo (educación primaria o menos).
INGRESO MEDIO MENSUAL DE 1.032 EUROS
Por otro lado, pese a que muchos padres –no así las madres– sí tienen trabajo remunerado, experimentan distintas formas de subempleo, como la temporalidad o el trabajo a tiempo parcial. Ello hace que casi la mitad de estos niños (41%) vivan en hogares que ingresan menos de 1.000 euros al mes. En particular, el ingreso medio mensual de estas familias es de 1.032 euros.
Además, la mitad de estos niños no pueden comer la suficiente cantidad de proteína –un 23% no tiene acceso a carne, pollo o pescado al menos tres veces por semana– o frutas y verduras –el 44% no puede consumir fruta fresca o verdura al menos una vez al día. Así, la mitad de ellos –un 48% de los niños entre seis y nueve años– tienen problemas de sobrepeso, consumen dulces y pantallas en exceso, desayunan bollería industrial y no duermen lo que necesitan.
En este sentido, pese al impacto positivo de las actividades extraescolares en el desarrollo personal y educativo, dos de cada diez no pueden acceder por motivos económicos, lo que les pone “en una situación de desventaja” frente a quienes sí pueden. Asimismo, según revela el estudio, son niños que viven en casas con una temperatura inadecuada (frío en invierno, calor en verano) y malas condiciones de salubridad (goteras, humedades).
Además, el 21% de las familias participantes percibían, en el momento de la realización de la encuesta, el Ingreso Mínimo Vital (IMV), pero el 46% aseguraban haberlo solicitado. Asimismo, una de cada tres familias que, por nivel de ingresos, podrían solicitar el IMV, no lo había hecho.
Este fenómeno, conocido como ‘non-take up’, afecta en mayor medida a las familias en pobreza extrema (45%) y extensas (54%). No obstante, estas tasas de no percepción son menores –gracias, entre otros aspectos, a la ayuda de Save the Children– a las estimadas por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) entre todos los potenciales beneficiarios (58%).
Las familias en situación de pobreza extrema se encuentran con barreras específicas a la hora de enfrentarse a la solicitud del IMV: burocracia, brecha digital, idioma, dificultades con el empadronamiento o las listas de espera, según indica la organización. “Para llegar a quienes más lo necesitan, es clave facilitar el acceso al ingreso mínimo vital: estimamos que las familias que perciben el IMV tienen unas rentas un 8% más altas que aquellas que no lo reciben”, ha añadido Conde.
EL 41% DE LOS INGRESOS SE DESTINA A ALIMENTACIÓN
El aumento del precio de los alimentos entre 2022 y 2023 fue de un 16,5%, según el INE, lo que ha supuesto un cambio de hábitos en las familias consultadas por Save the Children. En el 65% de ellas, todos los miembros han tenido que disminuir el consumo por ese motivo. En otro 6%, la disminución ha afectado solo a las personas adultas.
El gasto medio en alimentación de las familias participantes de los programas de Save the Children asciende a 419,20 euros mensuales, lo que supone una media del 41% de sus ingresos invertido en lo que la organización identifica como ‘esfuerzo alimentario’. Por ello, las familias no pueden hacer frente a todos los costes que implica una crianza digna con sus ingresos y su situación ya que, según cálculos de la organización, el coste de crianza en España en 2022 por cada hijo ya ascendía de media a 672 euros al mes.
A las dificultades en la cesta de la compra hay que sumarles los gastos habitacionales. Las 1.170 familias consultadas gastan una media de 443,25 euros mensuales en hipoteca o alquiler –esté o no regularizado– de sus viviendas. El esfuerzo financiero medio es del 43% de sus ingresos, factor que puede convertir esta situación en un factor de exclusión.
672 EUROS AL MES, COSTE DE LA CRIANZA EN ESPAÑA
Por todo ello, España se encuentra a la cola de la Unión Europea en ayudas a la crianza, según la organización que considera vital que se apruebe una nueva ayuda a la crianza que cubra desde los 0 a los 17 años, que llegue automáticamente a todas las familias incluyendo a las más vulnerables. Con esta medida, añade, las familias con hijos tendrán el apoyo público necesario para afrontar una parte del coste de la crianza, que en España alcanza los 672 euros al mes.
“Como país, no podemos permitir que el nivel de estudios, empleo o ingresos de los padres y madres determine el cumplimiento de derechos de sus hijos e hijas. Todos los niños y niñas tienen derecho a una educación, salud, alimentación y bienestar adecuados, independientemente de la familia en la que nazcan”, ha alertado Conde.
En este contexto, Save the Children apuesta, entre otras cuestiones, por el acompañamiento a las familias en la solicitud de ayudas, para reducir el ‘non-take-up’. Asimismo, piden que en el primer ciclo de infantil (0-3 años), los horarios de apertura sean más flexibles para promover grupos de crianza y también sugieren que las escuelas aseguren la oferta de actividades complementarias y extraescolares.
Por otro lado, en cuanto a la situación de alimentación, sanidad y vivienda, algunas de las sugerencias más destacadas son el establecimiento del umbral de pobreza como nivel de renta mínimo que de derecho a ayudas de comedor escolar; regular la figura del dietista-nutricionista; armonizar y aumentar la cobertura del Programa de Atención Dental Infantil (PADI), y ampliar el parque de vivienda pública, así como ejercitar el derecho de tanteo y retracto, entre otras cuestiones.
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