MADRID, 12 (SERVIMEDIA)
Un 23% de las emisiones globales de carbono a partir de incendios forestales en este año se produjeron en Canadá, que emitió casi 480 megatoneladas, casi cinco veces más que la media de los últimos 20 años.
El Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus (CAMS), desarrollado por el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo (ECMWF, por sus siglas en inglés), dio a conocer este martes un resumen de las emisiones expulsadas por incendios forestales durante este año hasta el pasado 10 de diciembre.
Según este análisis, los fuegos en el monte emitieron cerca de 2.100 megatoneladas de carbono en todo el planeta.
Los incendios en Canadá comenzaron a producirse a principios de mayo en Colombia Británica, Alberta, Ontario, Nueva Escocia, los Territorios del Noroeste y Quebec. Fueron notables no solo en términos de emisiones de carbono, sino también en intensidad, persistencia e impacto en las comunidades locales.
La contaminación por humo generada por los incendios forestales en todo ese país afectó gravemente la calidad del aire no solo localmente, sino también en gran parte de América del Norte y más allá, con varios episodios de transporte de humo a larga distancia a través del Atlántico que provocaron cielos brumosos en partes de Europa.
“Los incendios forestales en Canadá fueron la historia más importante en las emisiones globales de incendios para 2023. La escala en gran parte del país y la persistencia de los incendios, que continuaron desde mayo hasta octubre, estuvieron en un nivel nunca antes visto”, según Mark Parrington, científico principal del CAMS.
HEMISFERIO NORTE
Por otro lado, el hemisferio norte estuvo marcado por varios incendios forestales que consumieron vastas extensiones de bosques y pastizales en Canadá, Rusia, Estados Unidos y Europa.
Si bien los de Canadá batieron récords, Estados Unidos y Rusia experimentaron temporadas de incendios mucho más tranquilas de lo habitual, con emisiones estimadas por debajo del promedio de los 20 años anteriores.
La región mediterránea de Europa, históricamente sensible a los incendios forestales, en particular Grecia, experimentó incendios forestales devastadores en julio y agosto. Los de Rodas en julio y en la región de Evros y Macedonia Oriental y Tracia en agosto tuvieron impactos significativos en las comunidades locales.
Las emisiones de carbono combinadas de los incendios forestales de julio y agosto fueron las terceras más grandes registradas en Grecia, seguidas de 2007 y 2021, con cerca de dos megatoneladas de carbono.
En cuanto a España, los fuegos en la frontera entre Aragón y Valencia y en Asturias a finales de marzo fueron los primeros grandes incendios forestales del año en el país, lo que generó las mayores emisiones en ese mes desde 2003, año en que comienza el registro histórico de la CAMS. Y en agosto, Canarias tuvo las emisiones de carbono más altas en 21 años.
Los incendios forestales en la isla hawaiana de Maui durante agosto también fueron notables tanto en términos de emisiones como de impacto local, pues causó un coste significativo en vidas humanas e infraestructuras.
Varias regiones de Eurasia, incluidas Rusia, Kazajistán y Mongolia, también sufrieron algunos incendios forestales estacionales importantes en abril y mayo.
HEMISFERIO SUR
Por otra parte, la influencia de El Niño provocó un aumento de las temperaturas, condiciones anormalmente más secas y un mayor riesgo de incendios en los trópicos del hemisferio sur.
El número y las emisiones de incendios en Indonesia aumentaron bajo las condiciones de El Niño entre agosto y noviembre en comparación con los tres años anteriores, pero no alcanzaron el nivel experimentado durante 2015 y 2019 (años respectivos con episodios de El Niño y el Dipolo positivo del océano Índico).
Las regiones tropicales de Australia también experimentaron el mayor número de incendios forestales y emisiones de la última década durante octubre y noviembre. Se espera que el riesgo de incendios forestales siga siendo muy alto en grandes regiones del país, particularmente en Queensland y Nueva Gales del Sur.
América del Sur experimentó algunos incendios forestales importantes a principios de año en Chile y Argentina. El pico típico de emisiones en la región amazónica durante agosto y septiembre estuvo generalmente por debajo de la media, pero aumentó significativamente entre finales de octubre y mediados de noviembre.
Las emisiones de incendios aumentaron significativamente en Bolivia y los estados del sur de Brasil alrededor de los humedales del Pantanal en relación con la sequía en curso y el aumento de las temperaturas.
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