MADRID, 12 (SERVIMEDIA)
El expresidente de la Generalitat de Cataluña y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, denunció este martes el “incumplimiento” del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la oficialidad del catalán en a Unión Europea, pero insistió en que este tema “continúa en la agenda” y es “una exigencia que tiene un recorrido” al cual no piensa “renunciar”.
Así lo indicó Puigdemont en sus redes sociales, donde constató que durante la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea “no se aprobará la oficialidad del catalán”, un hecho que calificó de “incontrovertible” y de “incumplimiento del que se nos había dicho que sería posible”.
En este sentido, señaló que hasta hace “pocos días” las “únicas dudas” que había “eran de tipo político” y sobre todo vinculadas “a la ofensiva del Partido Popular”. Puigdemont destacó que, “pese a que eran más resistentes de lo que inicialmente se preveía, ya se sabe que en Europa hay muchas maneras de convencer a los países reticentes”.
Sobre este asunto, el expresidente catalán utilizó su publicación para instar a que se pregunte al exministro de Asuntos Exteriores y eurodiputado de los populares, José Manuel García-Margallo “qué le costó a España enfriar la empatía de ciertas repúblicas bálticas con el movimiento independentista catalán”.
Puigdemont explicó que el camino para la oficialidad del catalán “ha topado hasta ahora con dos principales obstáculos”. El primero es que el Estado ha tenido que “deshacer” en “muy poco tiempo” una “estrategia de bloqueo que venía de muy lejos y de muchos gobiernos, tanto del PP como del PSOE”.
“No lo han hecho por convicción, como tampoco lo hacen con la ley de amnistía, y no parece que la estructura política y técnica de la Representación Permanente ante la UE haya desbordado entusiasmo para promover una iniciativa que formalmente era del Estado, pero que todos sabían que formaba parte de una concesión a Junts”, apuntó.
Sí valoró positivamente que, en este contexto, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, haya explicado las razones por las cuales el catalán tenía que ser oficial en la UE de una forma “coherente” con “nuestros argumentos”. Un hecho que calificó de “inédito y positivo”, pero “insuficiente”.
PARTIDO POPULAR
El segundo “obstáculo”, prosigue el expresidente catalán, es el Partido Popular, una formación que “desde el primer día” ha tenido “interés” en “hacer descarrilar” una propuesta que formaba parte de los acuerdos políticos que podían facilitar un Gobierno de coalición entre PSOE y Sumar en el Estado.
“Han españolizado la política europea más allá de lo que se podían permitir y han acabado provocando situaciones delirantes como la del ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, un premiado con el premio Princesa de Asturias liderando la oposición a la propuesta del Estado para que una lengua que también se habla en Italia no pueda ser oficial en la UE”, dijo.
Una manera, a su juicio, “bien curiosa” de “acreditar los méritos que le hicieron merecedor de una de las más altas distinciones que dan los españoles”. “Las reticencias iniciales de algunos países con gobiernos populares se explican, en gran medida, por la presión política y no tanto por las razones añadidas, las cuales han estado debidamente rebatidas”, concluyó.
“CAMINO IRREVERSIBLE”
“Que la idea inicial de que se llegara al final de la Presidencia española del Consejo de la UE con la aprobación de la oficialidad del catalán no haya sido posible no significa, pero, que las opciones de conseguirlo hayan desaparecido por este hecho”, destacó, al tiempo que afirmó que le camino iniciado es “irreversible”, aunque demande “más tiempo”.
Además, abogó por utilizar “más herramientas y recursos” para defender la posición y “vencer la principal reticencia que parecen encontrar los servicios jurídicos del Consejo”, si hace falta “hasta las últimas consecuencias”. “Si es necesario, litigando al TJUE donde el Estado tiene que defender sin complejos que no es necesario reformar los tratados de la Unión para que una lengua sea oficial”, agregó.
Los próximos meses, prosiguió, tienen que servir para que el Estado haga “el trabajo pendiente” y “plante cara a los que le desafían” si quiere ser “creíble” en su reclamación para que el catalán sea lengua oficial de la UE. Según Puigdemont, desde el punto de vista de la construcción europea, no tiene “ninguna justificación que una lengua autóctona hablada por millones de ciudadanos europeos no sea oficial”.
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