MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) ha informado este martes de que Birmania ha superado a Afganistán como primer productor mundial de opio, coincidiendo con el golpe militar de febrero de 2021, desde el cual la producción se ha incrementado un 18 por ciento.
En su informe presentado este martes ‘Encuesta sobre el opio del sudeste asiático 2023: cultivo, producción e implicaciones’, la UNODC concluye que en 2023 Birmania ha pasado de las 40.1000 hectáreas a las 47.100, frente a las 11.000 cultivadas en Afganistán, cuya producción ha ido cayendo recientemente.
“Las perturbaciones económicas, de seguridad y de gobernanza que siguieron al golpe militar de febrero de 2021 continúan empujando a los agricultores de zonas remotas hacia el opio para ganarse la vida”, ha afirmado el representante regional de la UNODC, Jeremy Douglas.
Los aumentos más significativos se han registrado en el estado de Shan, donde el cultivo aumentó un 20 por ciento, seguido de Chin y Kachin, con un 10 y un 6 por ciento, respectivamente. “Se espera que la intensificación del conflicto en Shan y otras zonas fronterizas acelere esta tendencia”, ha advertido Douglas.
La UNODC también ha destacado que este aumento de la producción ha venido precedido de prácticas agrícolas “más sofisticadas” e inversiones de riego y uso de mejores fertilizantes, con aumentos del pago a agricultores de hasta un 27 por ciento, lo que significa hasta 355 dólares el kilo.
“Esto demuestra el atractivo del opio como cultivo y producto básico, y una fuerte demanda que sustenta el comercio de opio del Triángulo Dorado (el área fronteriza entre Birmania, Laos y Tailandia)”, señala el informe.
La oficina de Naciones Unidas sostiene que los agricultores han ganado un 75 por ciento más que el año anterior y si bien es pronto para sacar conclusiones sobre el impacto de la prohibición del opio en Afganistán, esto podría traducirse en un aumento prolongado de los precios y el cultivo.
“Los desafíos de la delincuencia y la gobernanza en la región se ven agravados por la crisis en Birmania”, ha dicho Douglas. La UNODC pide también en el momento de afrontar este problema tener en cuenta las “complejas realidades” de aquellos que se ven conducidos a producir opio y otros cultivos ilícitos.
“Las comunidades agrícolas están atrapadas entre la inseguridad y las dificultades económicas”, ha alertado el representante regional adjunto de la UNODC, Benedikt Hofmann. “Aún más personas considerarán el opio como un cultivo viable si no hay alternativas, especialmente en ausencia del estado de derecho”, ha explicado.
El informe también ha examinado esta misma situación en Laos. Se trata de la primera estimación desde 2015. Si bien los datos muestran que los niveles de cultivo se mantuvieron relativamente estables en 5.000 hectáreas, la UNODC apunta que serán necesarios estudios más periódicos para valorar su verdadero impacto.
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